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ANÁLISIS

Emprendimiento en España y en el mundo

  • Estamos a la cola tanto para dar poder a los empleados para innovar en las empresas para las que trabajan como en la creación de compañías por un emprendedor individual

Emprendimiento en España y en el mundo

Emprendimiento en España y en el mundo

El Foro de Davos es conocido por la reunión anual que organiza, a la que asisten influyentes líderes políticos y económicos. El Foro también publica ocasionalmente documentos que recogen investigaciones sobre distintos temas de interés.

Hace unos días, apareció un informe internacional sobre emprendimiento individual y corporativo. El emprendimiento se asocia habitualmente a las actividades que llevan a cabo individualmente personas que crean una nueva empresa, lanzan un nuevo producto, mejoran un determinado proceso productivo, que sirven para ofrecer una mejor solución a un problema o para satisfacer una necesidad existente.

Sin embargo, esas actividades pueden también llevarse a cabo dentro de empresas ya establecidas. Esas enseñas tienen que fomentar unos valores internos y establecer una estructura organizativa y de gestión que propicie que todos sus empleados puedan dar a conocer internamente nuevas ideas, que se transformen en nuevos productos que sirvan para solucionar problemas o satisfacer necesidades.

No es posible explicar el arrollador éxito de empresas como Google o Apple, o de otras menos conocidas para el gran público como Cisco o los nuevos servicios que presta IBM, sin referirse a las actividades de emprendimiento corporativo que llevan a cabo sus empleados.

En Google, cualquier empleado tiene acceso directo al consejero delegado para proponerle una nueva idea de negocio. Las ideas son validadas internamente y, si se aprueban, se crea rápidamente un pequeño equipo para impulsarla y que pueda convertirse en un nuevo producto de éxito. El emprendimiento y la innovación se generan desde la base misma de la empresa y permea a toda la organización y a su funcionamiento, al contrario de lo que sucede en empresas tradicionales, en las que el departamento de I+D es el responsable, casi en exclusiva, de la innovación.

Adicionalmente, el emprendimiento corporativo puede adoptar otra forma que está atrayendo a la mayoría de las grandes empresas: crear un fondo corporativo de capital riesgo, que utiliza para invertir en startups a las que apoya no sólo financieramente, sino prestando otros tipos de ayuda que resultan claves en las primeras etapas de desarrollo de esas startups.

En España, la primera forma de emprendimiento corporativo -dar poder interno a los empleados para innovar- está muy poco desarrollada, mientras que la segunda -creación de un fondo corporativo de capital riesgo- cuenta con una historia muy reciente.

En el informe del Foro de Davos, países como Suecia o Reino Unido, que cuentan con grandes empresas industriales, aparecen en los primeros lugares de emprendimiento corporativo. Y países del este de Europa en los primeros lugares de emprendimiento individual, consecuencia de la total liberalización de los mercados que se ha llevado a cabo y que facilita notablemente la actividad emprendedora.

España figura en los puestos de cola. De los 28 países analizados, aparece en los puestos 22 y 26 para ambos tipos de emprendimiento, sólo por delante de Italia y Grecia. La distancia respecto de los países más emprendedores, es enorme. Los países líderes en emprendimiento corporativo, cuentan con cinco veces más empleados involucrados en actividades emprendedoras que España. Y en los países líderes en emprendimiento individual, esa cifra es tres veces mayor que en España.

¿A qué se deben esas diferencias tan grandes? Son varios los factores que explican la intensidad de la actividad emprendedora individual. Cuanto mayores sean las oportunidades que ofrezca el mercado, cuanto mayor la necesidad de encontrar un puesto de trabajo, cuanto mayor la tradición empresarial en un territorio, cuanto más grandes ciudades bien conectadas contenga y cuanto más favorables sean las condiciones del entorno, mayor será la proporción de población dedicada a crear su propia empresa. Estos elementos, conforman una cultura para el emprendimiento.

Las condiciones del entorno resultan claves. Si crea una empresa, le va mal y los acreedores se quedan hasta con su vivienda, pocos emprendedores potenciales se atreverán a iniciar nada. Por el contrario, si disfruta de alguna protección legal de su patrimonio personal, será más probable que asuma el riesgo. En España, la posición tan baja en la actividad emprendedora, está muy vinculada a la actual legislación que regula las situaciones de insolvencia de los autónomos. Aunque ha mejorado, todavía es menos favorecedora del emprendimiento que los restantes países de la UE. Esto debería mejorar en la actual legislatura.

Los factores que explican la reducida actividad de emprendimiento corporativo, son de naturaleza muy distinta. En primer lugar, la mayoría de las grandes empresas españolas pertenecen al sector servicios. Resulta más difícil, en general, llevar a cabo actividades innovadoras y emprendedoras en este sector que en el industrial, cuando se trata de grandes empresas. Si observamos el Íbex, la casi totalidad de empresas son de servicios.

Hay excepciones. Recientemente, el desarrollo de tecnologías asociadas al blockchain (monedas virtuales, sistemas de pago, etc.) está impulsando actividades innovadoras en grandes bancos. BBVA cuenta ya con más de 100 empleados en San Francisco dedicados a emprendimiento corporativo en este campo.

Además, otro factor que explica el bajo nivel de España, es la casi total ausencia de grandes empresas en las que los valores corporativos y la estructura organizativa, impulsen el emprendimiento de los empleados. Con estructuras piramidales clásicas y confiando sólo en el departamento interno de I+D para desarrollar productos, no es posible impulsar el emprendimiento corporativo.

Tanto en emprendimiento individual como corporativo, España tiene un largo camino que recorrer. Esperemos que con un nuevo entorno legal para el emprendimiento individual y con una nueva cultura, en el corporativo, podamos acortar rápidamente distancias respecto de los países líderes.

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