La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir advierte de la difícil situación de la cuenca, en estado de prealerta ante la falta de precipitaciones, y avisa de que, si no llueve este invierno, se limitarán las dotaciones de agua para la próxima campaña de regadío, que arranca en mayo.

"Si no cambia todo bastante, no se podrán dar las mismas dotaciones, ya se verá en función del invierno y la primavera, pero habría que recortar", indicó ayer el presidente de la CHG, Antonio Ramón Guinea, en una entrevista a Europa Press. El máximo responsable del organismo incidió en la necesidad de dar información al respecto, porque "no hay nada peor que lanzarse a una campaña de cultivo y siembra y que no haya agua".

Al inicio de la última campaña de regadío, que se desarrolló desde mayo hasta el 30 de septiembre, la CHG activó el estado de prealerta de la cuenca del Guadalquivir, que ha mantenido tras el desembalse previsto. En la actualidad, la cuenca del río se encuentra al 32,7% de su capacidad. Más crítica es la situación del Sistema de Regulación General, el más importante de la cuenca, en estado ya de alerta y al 26,4% de su capacidad.

"No son situaciones nuevas", señaló Antonio Ramón Guinea, que recordó tesituras como las de 1995, el año de la gran sequía, o 2009, ejercicios en los que "no llovió nada hasta noviembre", cuando las precipitaciones cayeron de manera torrencial y hace 22 años, por ejemplo, provocó que en sólo un mes y medio el embalse sevillano de José Torán pasara del 12% de su capacidad al 90%.

A la espera de ver cómo transcurren los próximos meses desde el punto de vista climático, Ramón Guinea aseguró que, por ahora, no han existido declaraciones de emergencia salvo en puntos concretos como el área del Guadalbullón (Jaén) o Colomera y Cubillas (Granada). Hoy, los pantanos de la provincia de Sevilla se encuentran a menos del 50% de su capacidad. El de Torre del Águila es el que presenta la peor situación.