comercio | Las nuevas aperturas en el centro histórico

Las grandes inversiones vuelven a Sevilla

  • La apertura de nuevos negocios en locales privilegiados del centro constata la recuperación económica

  • La Avenida de la Constitución se convierte en el escaparate predilecto para grandes firmas internacionales

Vista general de la Avenida de la Constitución, convertida en la espina dorsal de la ciudad.

Vista general de la Avenida de la Constitución, convertida en la espina dorsal de la ciudad. / reportaje gráfico: juan carlos vázquez

Tras años de sequía inversora, el centro de Sevilla vuelve a consolidarse como un magnífico escaparate para importantes empresas. Bancas privadas, cafeterías y hoteles quieren hacerse un hueco en la espina dorsal de la capital andaluza, sin miedo a los dígitos que alcance el coste de arrendar o adquirir un local en esta zona. La Avenida de la Constitución se ha convertido, en este sentido, en el mejor termómetro de la capacidad de gasto del que disponen muchas sociedades mercantiles actualmente. En poco menos de un mes se han dado a conocer tres proyectos que confirman dicha tendencia: el nuevo hotel en la antigua sede del Banco de Andalucía, la llegada de la banca privada March a la Plaza Nueva y la reapertura del local del Horno de San Buenaventura a manos de una cadena malagueña de cafeterías. Iniciativas que indican un cambio de ciclo.

"Siempre fue una avenida de bancos y comercio tradicional, pero la peatonalización le cambió la piel". Quien esto afirma es Blas Matitos, responsable del departamento de locales comerciales del Grupo Inerzia. Raro es el mes en el que este grupo de expertos no estudia la propuesta de alguna empresa para instalarse en la Avenida de la Constitución o en la Plaza Nueva. La disponibilidad para encontrar locales en la Avenida se sitúa por debajo del 5%. En palabras de Matitos, "tiene buena rotación". Desde la Puerta de Jerez hasta el Ayuntamiento actualmente hay 55 locales abiertos. El 90% de ellos se dedican al sector hostelero, mientras que el 10% restante se reparte entre tiendas de souvenirs, bancos y zapaterías.

La renta media por metro cuadrado en la Avenida oscila entre 90 y 95 euros al mesEl 90% de los 55 locales abiertos en esta céntrica vía se dedican a la hostelería

Esta alta demanda no se espanta por la renta media a la que hay que hacer frente por alquilar uno de estos locales. Según los datos de Inerzia, el precio oscila entre los 90 y 95 euros al mes por metro cuadrado. Un coste que tiene, para los inversores, una más que conveniente contrapartida: estar situado junto a la zona monumental de Sevilla, que visitan a diario centenares de turistas. Una situación estratégica que ha incrementado su valor desde que se peatonalizó. "Ahora esta vía se ha quedado en exclusiva para residentes, trabajadores de la zona y, especialmente, para quienes visitan Sevilla", explica Blas Matitos. El corte al tráfico supuso un cambio contundente en su epidermis. A partir de entonces ya no se pudo acceder en coche, por lo que carecía de sentido mantener abiertas tiendas vinculadas al comercio tradicional. Todo quedó enfocado al turismo, es decir, bares, cafeterías y veladores. "Un ejemplo claro lo tenemos en la tienda que poseía la firma sevillana de calzados Pilar Burgos, que ha sido ocupada por una enseña internacional de donuts", explica el representante de Inerzia.

A esta marca se han unido otras como la cadena de cafetería Amorino, Starbucks Coffee o Burguer King, lo que acredita la importancia de la Avenida para firmas multinacionales. Fuentes del sector aseguran que la compañía KFC Corporation -especializada en pollo frito- o McDonald's siguen buscando fórmulas para asentarse en esta vía, por donde al año transitan el 90% de los turistas que visitan Sevilla. Una tendencia de la que diversos especialistas económicos han alertado, pues la globalización comercial conlleva también la pérdida de las señas de identidad. En este punto, la llegada de la cadena malagueña La Canasta para ocupar el local donde hasta 2016 permanecía el Horno de San Buenaventura supone un soplo de esperanza. Se trata de un negocio de corte tradicional que encaja con el estilo de la cafetería anterior y constituye un fuerte contraste respecto a la colonización de las franquicias que sufre el centro de Sevilla.

Si los comercios de la Avenida han cambiado la piel para adaptarse a los gustos de los turistas, en la Plaza Nueva ha ocurrido algo similar, aunque en este caso el cambio obedece al fracaso de las grandes firmas de moda que empezaron a asentarse en ella la década pasada. Tommy Hilfiger, Victorio & Lucchino, Agua de Sevilla o El Caballo cerraron las puertas de sus negocios en la que se ha venido en denominar la Milla de Oro de la moda. Un título que duró bien poco, pues esa idea nunca se llegó a consolidar por varios motivos. El fundamental: la llegada de la crisis que tiró por tierra todas las expectativas económicas. Y el adicional: la falta de medios de transporte que atrajeran clientes hasta la puerta de estos reputados establecimientos. No olvidemos que la parada de Metro más cercana se encuentra en la Puerta de Jerez -se debe atravesar, por tanto, toda la Avenida- y que hace años que se eliminaron de este enclave las paradas de Tussam. Por tanto, en este caso, la peatonalización ha dado al traste con el objetivo comercial de una de las zonas más céntricas de la ciudad, donde ha desembarcado la banca privada March, otro indicativo de la recuperación económica.

También representa un síntoma de esta mejoría la apertura de un hotel de cuatro estrellas en la antigua sede del Banco Andalucía. Un proyecto que ha girado 180 grados, pues en un principio estaba previsto que este inmenso edificio acogiera una pensión al estilo de los hostels que tanta demanda turística registran y que han proliferado bastante por las capitales españolas y europeas en los años más severos de la crisis. Este cambio lleva aparejado un mayor incremento en la inversión. Inyecciones de dinero que vuelven a la ciudad.

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