Sonó la música de Entre dos aguas, de Paco de Lucía, en este encuentro entre amigos. Jesús es bisnieto de Castillo Lastrucci y biógrafo de Antonio Susillo, el escultor de tan corta vida y de tan larga obra que aparece en la última y premiada novela de Paco Robles. A éste también le está haciendo un busto Méndez Lastrucci. El año de 2017, centenario de la revolución rusa, va a ser muy intenso para este artista. El 16 de agosto de ese año se cumplen cuarenta años de la muerte de Elvis Presley. En Memphis se inaugurará la obra completa que Jesús le ha dedicado al rey del rock.

Después de ese viaje transoceánico para rendir pleitesía al músico cuya muerte redimió del ostracismo al rockero Silvio, Méndez Lastrucci prepara una exposición que acogerá el Círculo Mercantil. Una serie de bustos de lo que ha llamado personajes ilustres de Sevilla: además de Melado y Robles, también estarán José el de la Tomasa, Andrés Luque y más de una sorpresa. Enrique tenía catorce días cuando murió Elvis Presley. Este ingeniero sevillano que trabaja en un país árabe cumple años el mismo día que Isabel Pantoja, el 2 de agosto. En la Alameda ya había quien presumía de haber comprado las entradas para el concierto de la cantante del Tardón, el barrio de los Morancos y de Susana Díaz, el próximo 24 de junio en el Auditorio Rocío Jurado. Encuentro telúrico de nombres en esa noche de San Juan. A un mes de la Velá de Triana de la que Manuel Melado ha sido pregonero y con cuya imaginería tantos contactos ha tenido Jesús Méndez Lastrucci, autor entre otros muchos trabajos de un monumento al seise cuyo boceto se ha podido ver en el escaparate de la centenaria tienda de sombreros Maquedano.

Enrique, el sevillano que nació el 2 de agosto de 1977, conoció en la Feria a Mari Carmen, su mujer, alicantina de Elda, patria chica de Antonio Gades, un bailaor de fama universal, cómplice necesario del viaje cinematográfico de Carlos Saura al flamenco. Ese artista tuvo el privilegio de estar casado con las dos Españas: con la rosa, cuando fue pareja de Marujita Díaz, y con la roja, con Marisol. Artista transversal.

El sábado sonaban las sevillanas en la calle Goles en una recta final de la semana sellada con el triunfo de los dos equipos de la ciudad, uno en Heliópolis, otro en Coruña, junto al Faro de Hércules, ese semidiós que habita en la Alameda de Hércules por la que se le ve pasar a pie o en moto a Jesús Méndez Lastrucci, principal valedor de que una placa recuerde en el Patio de la Alameda dónde estuvo el taller de Antonio Susillo.

Barro por sevillanas, un avance considerable del principio keynesiano del intercambio, tanques por mantequilla. Manuel Melado, hijo y padre de barberos, una institución en Amor de Dios. Que Dios nos perdone, le decían desde la cartelera del Cervantes Antonio de la Torre y Roberto Álamo.