De Linares al cielo de Nervión

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Biri Biri revive con otros veteranos su estancia en un Sevilla de Segunda División al que ascendió el año que se fundó la peña de su nombre

Se hizo ídolo a base de goles claves

Biri Biri visita el Sánchez Pizjuán
Eduardo Florido

Sevilla, 28 de septiembre 2017 - 02:38

El mes de mayo está trufado de grandes fechas para la memoria reciente del sevillismo. Eindhoven, Glasgow, Turín, Varsovia, Basilea, Barcelona... Grandes ciudades enmarcan con el oro de la gloria las gestas de un equipo que en primavera tomó la costumbre de darles una alegría a los suyos desde 2006. Sin embargo, años atrás no era así. Muchos, la mayoría seguramente, de los que ahora animan al Sevilla en Gol Norte, al conjuro rememorado de Biri Biri, no sabrán que también hubo una fecha en el mes de las flores, el 26 de mayo de 1974, en la que el Sevilla se jugó no bajar a Tercera, en Linares. Entonces los héroes eran otros. "Nerviosos, no; estábamos..., estabámos muertos de miedo", recuerda Pablo Blanco. Biri Biri abrió el marcador en el minuto 15 y llevó cierta tranquilidad. Luego marcó otro de los cinco goles con los que el Sevilla se mantuvo en Segunda. "Al año siguiente, subimos como un rayo", recuerda Blanco, el jugador que más veces vistió de sevillista.

"Linares, ufff", rememora Biri Biri, que estuvo este miércoles de visita con Blanco en la ciudad deportiva. Quería ver los cambios del lugar donde entrenaba hace 44 años, cuando llegó con 25 procedente de Dinamarca. "Y saludar a Domingo Pérez". "Eugenio Montes me dijo antes de aquel partido que si marcaba un gol me pagaría las vacaciones en Gambia". Aquel año 1975, mientras el simpático gambiano ayudaba al ansiado ascenso a Primera, se fundó la Peña Sevillista Biri Biri. "En aquella época era de las figuras del Sevilla, y cayó muy simpático a la gente y le pusieron una peña. Se la puso uno que trabajaba en El Corte Inglés, Santi me parece que se llamaba", recuerda Paco Gallego, que cuando regresó del Barcelona se encontró en el vestuario al primer jugador negro en la historia del Sevilla. "Yo cuando llegué ya estaba aquí. Tenía mucha amistad con él. Igual que Cantudo, los tres hicimos mucha amistad. Como futbolista era muy rápido, saltaba muy bien. Iba muy bien por arriba", rememora el VI Dorsal de Leyenda. Hasta unas sevillanas le dedicaron Los Rocieros, en pleno boom del género. "Biri Biri en el Sevilla sigue marcando más goles, y sigue siendo Momodo el mejor de los mejores", rezaba la letrilla. Un año vistió a su hijo de flamenco en la Feria, tal fue su integración.

Biri Biri en el Sánchez Pizjuán.
Biri Biri en el Sánchez Pizjuán. / Víctor Navarro

Alhaji Momodo Nije (30-04-1948, Banjul, Gambia) ha vuelto a lo que considera su segunda casa gracias a las gestiones de la Federación de Peñas Sevillistas. Su estancia está preñada de recuerdos, reuniones y homenajes. El martes alucinó en el partido de Champions. Ayer se dio un baño de masas en Pino Montano. Mañana se reúne con sus veteranos ex compañeros, y el sábado lo homenajea el club en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.

"Ufff, Linares... Eugenio Montes me dijo que si marcaba me pagaría el viaje a Gambia"

"Él llegó en el 73 y yo desde el 70 estaba en el primer equipo con Max Merkel -recuerda Curro Sanjosé-. El Sevilla no había tenido ningún futbolista negro, y Biri era muy simpático a pesar de que no hablaba ni papa de español al principio. Venía con un familiar, un tal Manga, que era el que iba con él a todas partes. Aquí no se fiaba ni de su sombra. Se quitaba el reloj y se lo daba a Manga. Pero luego se fue soltando. Se ganó a la gente por su forma de ser", recuerda el VIII Dorsal de Leyenda, que lo describe así como jugador: "Era muy flexible, muy rápido, saltaba como un gamo. Nos ganó por todas esas cualidades. Era pura fibra, era muy rápido y de cabeza iba fenomenal. Me acuerdo de un gol en Córdoba en el que saltó más que el portero con el puño".

Blanco habla de su trascendencia para la afición: "Fue un plus para que la gente fuera al campo, porque la gente iba a verlo a él, a los demás nos tenían ya muy vistos. Era veloz, muy creativo, era distinto... Y cayó muy simpático". Jugó cuatro temporadas y su mayor mérito fue aquel ascenso en 1975, además de aquel día en Linares en 1974. En total hizo 32 goles en 99 partidos como sevillista. "No es que metiera muchos goles, pero le hacían muchos penaltis, que los tiraba Rafa Jaén, ¿20 penaltis te pitaron, Biri?", interpela Blanco al protagonista de esta historia.

Biri Biri no tuvo un buen inicio. "En su primer año Ernst Happel, que era un poco peculiar con lo racial, no le dio mucha confianza. Luego cogió el equipo Santos Bedoya y al final Enrique Buqué, que era secretario técnico". Fue el entrenador que puso a Biri Biri en Linares. Y de Linares, al cielo del Ramón Sánchez-Pizjuán, donde el eco de su nombre sigue sonando, domingo tras domingo.

Diatriba contra los insultos y elogio de Ben Yedder

Biri Biri no quiere que el grupo de animación de Gol Norte que lleva su nombre se vea involucrado en más expedientes. "No me gustan los insultos. Quiero hablar con ellos para que no haya más insultos", asegura. El martes, ante el Maribor, no hubo insultos. Sí un recital de fútbol y cánticos que emocionaron al gambiano. "Es muy bueno el delantero centro, el que marcó los goles. Siempre está corriendo para buscar el desmarque, para ir a recibir el balón. Y en el centro del campo, me gustaron mucho N'Zonzi y Banega, cómo cambian automáticamente las posiciones".

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