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Sampaoli y la seducción

  • El Sevilla sigue un tren de récord gracias a la confianza que ha inculcado el técnico en su plantilla.

  • Los blanquirrojos aguantan la presión ganando el partido más difícil de la zona alta.

Jorge Sampaoli permanece pensativo sobre el césped mientras su ayudante Juanma Lillo, mucho menos abrigado, juega con un balón.

Jorge Sampaoli permanece pensativo sobre el césped mientras su ayudante Juanma Lillo, mucho menos abrigado, juega con un balón. / antonio pizarro

Al final va a resultar que Jorge Sampaoli simplemente es un seductor. El día que el rival le da sopas con honda usando su misma filosofía del juego combinativo, que le gana el porcentaje de la posesión del esférico, algo que hasta ahora apenas habían conseguido la Juventus (en Turín) y el Barcelona, logra también ganar usando un viejo truco del fútbol. Sea como fuere, el Sevilla mantiene un tren de récord, pues jamás a estas alturas había logrado tantos puntos, tantas victorias, y eso lo tiene bien situado en la zona noble. No era una jornada fácil para los blanquirrojos, que afrontaban el partido sabiendo que habían ganado Real Madrid y Barcelona y que la Real Sociedad se acercaba peligrosamente por detrás, e intuyendo que el Atlético podría salir victorioso en casa ante el Celta. Debía visitar el feudo de uno de los dos equipos invictos en casa, un rival muy aplaudido por la crítica en general, y debía ganar para resarcirse del mal inicio de la segunda vuelta. Y salió victorioso.

La razón tal vez tenga más que ver con el poder de seducción de Sampaoli que con su planteamiento futbolístico. En Las Palmas, el Sevilla demostró que ganó más por convicción y por confianza que por un despliegue de juego vistoso, que también lo tuvo a ratos, aunque demasiado pastoso, casi retransmitido de antemano. Aun así, creó casi media docena de oportunidades de gol, como en el empate ante el Villarreal, y falló, al menos, tres ocasiones diáfanas, en las botas de Franco Vázquez, Vitolo y Ben Yedder, antes de que Iborra, de la mano de Sergio Rico y Correa, convirtiera en papel mojado la lírica del partido para darle el triunfo a Sampaoli.

46Puntos. Jamás había llegado a esa suma el Sevilla en la jornada vigésima segunda de la Liga

De un modo u otro, el sampaolismo continúa triunfando. No es extraño que en la tienda oficial del Sevilla se hayan agotado las serigrafías con el lema Sampaolismo y el mensaje, usando la semiótica tuitera, #someteralrival. Sampaoli no logró someter a Quique Setién con el juego combinativo y preciosista, lo hizo meneando el árbol del banquillo, dando entrada a Iborra por el intocable N'Zonzi -también tiene derecho a tener un mal día-, sacando a Correa y Jovetic por los poco afortunados Ben Yedder y Franco Vázquez... Y no sólo así, también con la férrea resistencia que opuso un Sevilla con su defensa mermada, con tres de sus titulares fijos lesionados, Pareja, Rami y Escudero, con un atacante, Sarabia, como lateral y un recién llegado, Lenglet, en el eje junto a Mercado; y con Kranevitter recuperado de su ostracismo para emerger como medio centro auxiliar que cumple su función. Algo tuvo que ver también el gran partido de Sergio Rico, con paradas clave.

Esa resistencia también es fruto de esa confianza y ese sentirse ganador que ha inculcado Sampaoli a los suyos. "Tiene a toda la plantilla implicada. No tiene un once, sino 18 ó 20 jugadores, todos preparados para en cualquier momento dar su mejor versión", aseguraba Andrés Palop, ahora entrenador, en SFC Radio. Quizá el secreto sea ése, haber convencido a todos de que pueden ganar al rival sea quien sea, de que hay que ir por el triunfo en cualquier circunstancia. De ese modo, el Sevilla ha sumado más puntos que nunca en su historia: 46 en la jornada vigésima segunda.

Hace dos temporadas, habiendo sido también eliminado de la Copa del Rey -en la tercera ronda ante el Espanyol- y jugando la Liga Europa hasta la final, el Sevilla logró el récord de 76 puntos en la Liga, pero sólo pudo ser quinto, en un campeonato en el que los de arriba sumaron muchísimo y los de abajo muy poco. Esta temporada, hay un mayor reparto de puntos, aunque también están muy descolgados los colistas. Y el Sevilla, con ese tren que apunta a un nuevo récord, aspira a mantener al menos el tercer o el cuarto puesto, para lograr el objetivo fijado de llegar a la Champions por la Liga. De momento, ahí sigue el equipo de Sampaoli, que sacó adelante el partido más difícil de los cinco de arriba, cuando más presionado estaba tras haber sumado un punto de seis.

Esos 46 puntos, además, están fundamentados en otro hito. Jamás de los jamases había logrado el Sevilla 14 triunfos en las primeras 22 jornadas ligueras, completadas en este caso con cuatro empates y cuatro derrotas. Además, el Sevilla de Sampaoli es el más goleador del presente siglo, con 44 tantos a favor (28 en contra), y sin tener a delanteros como Kanoute, Luis Fabiano, Negredo, Bacca ni Gameiro... Hay que remontarse a la década de los 50 para encontrar cifras superiores. En la 06-07, la mejor temporada de la historia posiblemente, llevaba a estas alturas 43 puntos, gracias a 13 triunfos (4 empates y 5 derrotas) y 41 goles (21 en contra). Entonces era segundo y disputó el título hasta la penúltima jornada. Ahora, el Sevilla es tercero. Aspirar a luchar por el título es una quimera tal y como está montada la LFP, pero el equipo de Sampaoli aspira a seguir siendo el rebelde... con causa. De eso los ha convencido a todos, o a casi todos, un técnico con dotes de seducción...

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