las palmas - sevilla | el otro partido

Los satélites brillan sobre las estrellas

  • Las paradas de Sergio Rico, el trabajo de Kranevitter, la salida de Iborra y la potencia de Correa posibilitan el triunfo.

  • Debut goleador del más joven y más olvidado de los argentinos.

Correa ante la afición sevillista en Las Palmas./EFE

Correa ante la afición sevillista en Las Palmas./EFE / fotos: elvira urquijo a. / efe

Ahora que se lleva tanto lo vintage, el Sevilla de Jorge Sampaoli hizo un guiño a aquel fútbol directo que tanto rédito le dio al Sevilla de Unai Emery. Saque de Sergio Rico, peinada de Iborra y Correa, emulando a Gameiro, se planta con potencia ante Javi Varas y lo bate de fuerte y decidido chut. El Sevilla, por fin, decidió saltarse la siesta platanera en el atestado Estadio Gran Canaria para volver a sumar los tres puntos y recordarles a los rivales de la zona noble que sigue ahí, con ganas de pelea. El primer triunfo de la segunda vuelta, después de una primera de récord histórico, se hizo esperar. Hubo de mediar la alineación de varios satélites el día que faltaron las estrellas a la llamada del éter canario, tan espeso, tan húmedo.

Fue el día de los descamisados, de esos hombres, algunos muy jóvenes aún, que tuvieron que escuchar más de una vez que quizá les caía grande esta aventura elitista del Sevilla redivivo y pujante, del Sevilla de Nasri, N'Zonzi, Franco Vázquez o Ben Yedder. Del Sevilla de un Vitolo perdido entre silbidos canarios, perdido en muchas carreras que morían en el último pase, en el último recorte, en el último disparo en la boca de gol -lo tuvo en el minuto 62, clarísimo-, de un Sevilla que se contagiaba de esa mandanga guanche para desperdiciar multitud de contragolpes con el exceso de narcisismo, la búsqueda de la roma perfección.

Tuvo que salir Iborra, el hombre que tuvo un pie y medio fuera de Nervión a finales de agosto, para revolucionar aquello y dotar al equipo que capitanea de la imprescindible verticalidad para zarandear a todos. Lo primero que hizo, en su primer balón, fue dejar solo a Ben Yedder ante Javi Varas. Entretanto, Sergio Rico, al que muchos incluso vieron fuera del Sevilla al final de la temporada pasada, volvió a emerger para demostrar que es un portero que no sólo salva puntos, sino que da victorias. Nadie había ganado aquí... hasta que llegó Segio Rico. Salvó ante Jesé en el minuto 6; en el 52 a bocajarro ante David Simón; en el 59, en un cabezazo cruzado de Boateng; en el 82, de nuevo ante David Simón... Sostuvo el empate y sostuvo el triunfo, en un partido memorable, el meta sevillano.

Desde la oscuridad, también ayudó lo suyo Kranevitter, el satélite a la sombra de N'Zonzi. El argentino, como medio de cierre ante el cúmulo de bajas de la zaga, desplazó unos metros adelante al francés, que no se halló casi nunca ahí arriba. Kranevitter sí cumplió, obturó desde la sombra la zona de creación de Las Palmas, un equipo con una fase de ataque de muchos kilates: Roque Mesa, Halilovic, Jonathan Viera, Jesé, Boateng... Al final, ambas circunstancais fueron decisivas. Por N'Zonzi salió Iborra y por Iborra ganó el Sevilla.

Bueno, por Iborra y por la potencia de Correa. Quizá el único jugador de esta plantilla que puede sostener esa carrera tras la peinada de Iborra sea el joven y casi olvidado mediapunta, el que menos juega de la amplia colonia argentina. Luego Iborra siguió a lo suyo: salvó un gol ante Boateng y le dio otro gran pase con veneno a Jovetic. Antes, ya se habían alineado los satélites en el éter canario.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios