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Alcalá de Guadaíra

Una vida en 70 segundos

  • Los policías nacionales Manuel Chacón y David Sánchez relatan cómo salvaron a una mujer en una cornisa de Alcalá de Guadaíra

Agentes de la Policía Nacional evitan un suicidio en Alcalá de Guadaíra

Manuel Chacón y David Sánchez son dos policías nacionales destinados en Alcalá de Guadaíra. A la una de la tarde del domingo patrullaban por la calle Tonelero, en el barrio de Rabesa, una zona deprimida de la ciudad por la que los agentes realizan patrullas a diario. Vieron que una mujer se acercaba al coche y se encomendaba a Dios. “Dijo algo así como 'ay Dios mío', no recuerdo exactamente bien cómo fue la frase, y nos señaló a un bloque que es conocido en el barrio como el Titanic”, relataba esta mañana uno de los dos agentes.

Los policías miraron en la entrada del edificio y vieron a una pareja que jugaba. Nada extraño. Fue entonces cuando alguien les hizo señas y levantaron la mirada. En la cornisa había una joven, la Chona, que amenazaba con arrojarse al vacío. Los policías la conocían porque han tratado con ella antes. Es una mujer de 30 años con las facultades mentales alteradas. Los dos agentes se miraron en la puerta del bloque. “Llevamos tiempo de pareja y nos conocemos ya lo suficiente. Nos miramos durante un instante y pensamos lo mismo: parriba”. Y allá que fueron. Subieron a la carrera las cinco plantas del edificio, mientras iban pidiendo refuerzos por la radio.

Cuando llegaron a la azotea se encontraron a la Chona ya en la cornisa, por fuera de la valla, agarrada a la misma por una mano y un pie. En el tejado permanecían la madre, una hermana menor de edad y una vecina. Lloraban y temían que se arrojara. Los agentes saltaron la valla. Uno se colocó por fuera y el otro por detrás de la joven, que en ese momento se soltó. “La cogí en el aire”, dice Manuel Chacón. Detrás, su compañero David Sánchez le agarraba para proporcionarle más estabilidad y con la otra mano se sujetaba a la valla.

Manuel Chacón y David Sánchez. Manuel Chacón y David Sánchez.

Manuel Chacón y David Sánchez. / Juan Carlos Vázquez

Los dos policías lograron introducir de nuevo a la joven en el perímetro de la azotea delimitado por la valla. La chica se puso agresiva, tuvieron que reducirla y engrilletarla para impedir que volviera a intentar atentar contra su vida. Lo hicieron ya con el apoyo de otros dos compañeros y del jefe de servicio que habían llegado muy rápido. “Pudimos hacerlo sin causarle ningún daño”. Entre los cinco la mantuvieron retenida hasta que los servicios sanitarios se hicieron cargo de ella y la trasladaron al Hospital Virgen de Valme, donde quedó ingresada en el área de Psiquiatría.

En total pasaron 70 segundos desde que fueron requeridos hasta que salvaron a la mujer. Poco más de un minuto que valen una vida. La intervención fue a la una de la tarde. Los policías no sabían que alguien, una vecina desde el bloque de enfrente, la había grabado en vídeo. Los agentes comparecieron, hicieron un informe de lo ocurrido, recibieron las felicitaciones de los compañeros y terminaron su turno. Se marcharon a casa y ya por la tarde vieron el vídeo. Alguien lo había compartido por whatsapp y le había terminado llegando a un policía de la comisaría. Se había hecho viral.

“No era consciente de que me había expuesto tanto hasta que vi el vídeo. Entonces me di cuenta de que me había jugado la vida”, explica Chacón, que intentó por todos los medios que las imágenes le llegaran a su madre. Fue en vano. “Cuando vaya a verla me espera una bronca, pero bueno, este es nuestro trabajo y esta vez salió bien”, explica este agente, cordobés que lleva ocho años en el cuerpo y estuvo los dos primeros destinado en Madrid, en el distrito La Latina, y lleva ya seis en Alcalá. Su compañero precisa que el suelo estaba muy resbaladizo. “La cornisa es de azulejos y había llovido durante toda la mañana”.

El vídeo, publicado la noche del domingo en la web de Diario de Sevilla, refleja la valentía de estos dos agentes, que tienen ya experiencia en salvar vidas. Sánchez iba acompañando a la cofradía de la Sed el año pasado cuando asistió a una niña que se atragantó con un caramelo. Chacón también practicó una maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP) a un compañero suyo hace tiempo. Ninguno de los dos olvidará los 70 segundos que pasaron en una cornisa de Rabesa.

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