Son apenas 15 kilómetros, casi una distancia de tiro de piedra, tan sólo el Estrecho separa a Andalucía de uno de los principales productores de resina de hachís del mundo. Este factor geográfico es la clave que explica, por encima de cualquier otra, la presencia del narco en las costa andaluza.

Desde las montañas de la cordillera del Rif, apreciables desde el lado español del Estrecho, se exporta hachís a España, pero también a Sudamérica y a la zona del Caribe, donde los narcos intercambian el cannabis por cocaína.

El último informe sobre drogas en el mundo del Departamento de Estado de EEUU en el que se aborda la situación de Marruecos, que es de 2021, lo define como uno de los principales productores del mundo y el mayor proveedor de hachís de Europa.

La reciente instalación de escáneres de rayos X en el puerto de Tánger-Med ha provocado que muchos traficantes dejen de enviar el hachís en contendores para transportarlos en lanchas rápidas, camiones, veleros y barcos pesqueros. Las lanchas se han convertido en algo habitual en algunos puertos de la provincia de Cádiz, pero también en la de Sevilla, donde entran por el estuario del Guadalquivir e, incluso, las de Huelva, Málaga y Almería. 

La presión policial ejercida sobre el Estrecho ha provocado que el tráfico se traslade a otras provincias, donde no sólo se ha incautado hachís en lanchas, sino también en veleros, barcos, camiones e, incluso, en helicópteros y avionetas. 

Lanchas, camiones, veleros y pesqueros 

El informe del Departamento de Estado da cuenta del cambio en los transportes del siguiente modo: "El cannabis se produce en una zona geográfica situada en la región montañosa del norte del Rif. Debido a un marcado aumento en las incautaciones por parte de las fuerzas de seguridad [de Marruecos] y al despliegue de escáneres de rayos X en el puerto norteño de Tánger-Med, los traficantes parecen estar disminuyendo el uso de contenedores comercializados para actividades de contrabando y aumentando el uso de camiones con remolque, lanchas 'go fast' y barcos pesqueros o veleros para el contrabando de hachís".

Marruecos autorizó en 2021 el cultivo y la venta de hachís con fines medicinales. Las autorizaciones se concentran en las provincias norteñas de Alhucemas, Chahuen y Taunat, pero la concentración del THC de la planta, el producto activo que confiere la característica a esta droga, no puede ser superior al 0,2%. Según el Departamento de Estado, en los cultivos ilegales se han introducido cepas híbridas que aumentan el porcentaje de THC del 15% al 25%. 

Las mafias que controlan el cultivo y la exportación son marroquíes, si bien diversos clanes españoles afincados en poblaciones andaluza se encargan del transporte. Por lo general, según explicaron a este medio fuentes de cada lancha de carga suele viajar un marroquí que es el garantía o el notario. Es quien da fe de las entregas en tierra o el que autoriza la descarga en el mar si son descubiertos por la Guardia Civil. El piloto y el copiloto, también conocido como el gepero porque controla el GPS, son españoles, algunos de ellos muy conocidos en el sector como el caso de El Cabra, acusado del asesinato de dos guardias civiles el pasado viernes en el puerto de Barbate. 

La resina de hachís de Marruecos  se introduce cada vez más, según el informe del Departamento de Estado, en América del Sur y el Caribe, donde las mafias la intercambian  por cocaína. El polvo blanco es transportado a Europea para su distribución. Este aspecto también es palpable en las incautaciones de los últimos meses, donde se suelen encontrar bolsas de cocaína junto a los fardos de resina.

Marruecos sigue siendo, según este documento del Departamento de Estado, "un importante punto de tránsito para el envío marítimo de cocaína de contrabando a Europa, pero el país ha logrado avances en la lucha contra la actividad de tráfico. Las autoridades marroquíes citan el aumento de la vigilancia, los controles fronterizos y la cooperación continua con los socios estadounidenses y europeos como factores que han llevado a un volumen creciente de incautaciones de drogas". 

Estados Unidos da cuenta también de la presión ejercida en las fronteras españolas: "Debido a los métodos de detección mejorados a lo largo de la costa norte del Mediterráneo, los traficantes han ampliado las rutas internas al trasladar el hachís más al sur, a la costa occidental de Marruecos, para su envío marítimo o terrestre a través de la región del Sahel". La resina también pasar por el sur hacia Mauritania y de allí a Malí y Níger para llegar a Libia.