El Anuario que nunca falla
Siempre convoca a las principales personalidades: con o sin pandemia, con o sin vacuna. Siempre fiel a su cita con los andaluces
Sevilla/La gente está deseosa de acudir a un acto social, sacar las prendas del armario, oler a perfume y hacer corrillos. Somos hijos de la luz, nos gusta el aire libre, presumir, mirar y ser vistos, hablar quizás de lo absurdo, discutir, observar por el rabillo del ojo quién entra con quién en ese Patio de la Montería que es el salón de verano de la ciudad, pues el de invierno es el Salón Colón. El presidente Moreno advirtió ayer que la presentación del Anuario Joly, además de un acto institucional con claves políticas y fondo académico, es un acto social de primera referencia en el calendario andaluz.
Bastó comprobar la presencia del consejero de Presidencia, Elías Bendodo; de la presidenta del Parlamento, la siempre sonriente Marta Bosquets, y del delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández. Y sobre todo y por encima de todo estuvieron los vencejos, los más ilustres moradores de los tejados del Alcázar, que con su vuelo parecieron pintar la portada del Anuario, que este año es de Luis Gordillo. Si uno se fija en los trazos que esbozan estos pájaros con su vuelo puede imaginar las más originales obras de arte contemporáneo.
Los vencejos cantan mientras hablan las personalidades, que recordaron el 2020 vivido con miedo, tensión e incertidumbre, el año de la Andalucía cerrada, cuando vimos por las calles a los pavos reales del Alcázar, los únicos que se atrevían a pasear por el barrio de Santa Cruz, cuando los vencejos eran los únicos visitantes que entraban y salían de monumento. A las 21:43 se encendieron las luces indirectas, elegantes y acogedoras, de los cuartos altos del Alcázar. Y entonces el piar descendió poco a poco, como si fuera la señal que manda cerrar los ojos y el pico y esperar un nuevo amanecer en el lugar donde el tiempo se cuentan por siglos. Mientras, continuaban los discursos alabando la utilidad de las nuevas tecnologías en el año de pandemia. "¿Y si hubiera estallado la epidemia veinte años antes?".
Estuvimos encerrados y angustiados. Pero los pavos y los vencejos, no. El presidente dice que hemos salido mas humildes después de todo lo vivido (sufrido) en 2020. Sin duda este Moreno, que cada día se revela más como un gran orador, es un hombre de esperanza. En segunda fila lo oía con atención el mejor en los discursos y mítines de la derecha andaluza, Javier Arenas, que saludó con afecto al alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, y a su equipo: María Villadeamigo y Elena Vázquez. Muy cerca del alcalde de Huelva estuvo el de Granada, Luis Salvador, que después disfrutó de un velador en la calle Mateos Gago con vistas a la Giralda. Y, por supuesto, no faltó el delegado del Gobierno de la Junta en Sevilla, Ricardo Sánchez, la sonrisa del Gobierno del cambio.
Los principales espadas (dicho sin segundas) del PSOE están con las primarias, pero no por eso faltaron reconocidos socialistas al acto. Por el Ayuntamiento acudieron tres tenientes de alcalde: Sonia Gaya, Antonio Muñoz y Juan Carlos Cabrera. Y por el PP sevillano su presidenta, Virginia Pérez; el secretario general, Juan de la Rosa, la diputada nacional Sol Cruz, el diputado autonómico Juan Bueno, el portavoz municipal, Beltrán Pérez y el concejal Rafael Belmonte.
El detalle con el Ejército
Detallazo del presidente Moreno al destacar la presencia en el acto de José Rodríguez, teniente general jefe de la Fuera Terrestre, para agradecer la labor del Ejército en los meses más duros de la pandemia. Moreno dice que 2020 puso en jaque la arrogancia humana. José Joly, presidente del Grupo Joly, proclamó que una empresa periodística es independiente o no es una empresa periódistica, una verdad incontestable que hasta parecieron saludar las campanas al marcar las señales horarias con toda solemnidad.
Siempre agradable ver a Concha Yoldi, presidenta de Persán y del Consejo Económico y Social de la Universidad de Sevilla, pues es una oportunidad para honrar la memoria del inolvidable Pepe Moya, nuestro Pepe. Y, cómo no, hacía tiempo que no advertíamos la presencia de ilustres de la Sevilla de las 20:30: el secretario general del Ayuntamiento, Luis Enrique Flores; los catedráticos Antonio Pascual y José Ignacio Castillo, Luis Miguel Martín Rubio, Antonio Martín (Martín Casillas), José Luis Fragero, Alfonso Pérez de los Santos... Entre los periodistas, la presentadora Mariló Montero, miembro del consejo editorial de Diario de Sevilla, el ilustre Luis Carlos Peris, reciente medalla de la ciudad, y el presidente del consejo de la RTVA, Rafael Porras. Acudieron los abogados Ricardo Astorga, Joaquín Moeckel, Eduardo Osborne y José Manuel García Quílez. En el patio de la montería estuvieron el pintor y escultor Ricardo Suárez, el crítico de arte Sema D´Acosta, el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, el presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Rafael Carmona, y de la de Huelva, Pilar Miranda, la directiva del CEU-San Pablo, María Luisa Ríos; el economista Manuel Parejo, el coronel Membrillo, Augusto Lahore y Miguel Ángel Arredonda.
Sevilla se apaga poco a poco en estas tardes de verano anticipado con traje de primavera. Los invitados a uno de los grandes actos de la ciudad salen con lentitud, con parsimonia, recreándose en una liturgia casi olvidada. Al salir del Patio de Banderas, donde se organiza el parque móvil del poder, recibe con majestuosidad la Plaza del Triunfo. Todo un mensaje. Pasan los años, pasan los anuarios, pasa la vida, la pandemia y las dichas y desgracias, solo se quedan los vencejos. Jamás abandonan el Alcázar. Y dibujan en el cielo sus trazos alegres de esperanza en un mundo todavía enfermo.
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