Chiclana expresa su dolor en el último adiós a Gustavo Virués
Tragedia en la cordillera del Atlas marroquí
La parroquia se llenó media hora antes del sepelio al que asistieron numerosos convecinos del montañero.
Escenas de tristeza y de enorme emotividad se vivieron ayer en Chiclana durante el sepelio del espeleólogo chiclanero Gustavo Virués, quien falleció en la cordillera del Atlas marroquí. La Iglesia Mayor, donde se celebró la misa de difuntos, estaba a rebosar media hora antes de que apareciera el coche fúnebre. Las cámaras de televisión, fotógrafos y periodistas daban fe del inmenso homenaje que le daba su pueblo al montañero con su masiva presencia en la parroquia. De esta manera, sus convecinos estuvieron a la altura para darle su último adiós y mostrar su pesar a los familiares del fallecido.
Al funeral acudieron miembros de la expedición con el único superviviente de la tragedia, Juan Bolívar, quien con lágrimas y visiblemente emocionado esperaba en la misma puerta de la Iglesia para recibir el féretro con los restos mortales de Gustavo Virués. El ataúd cubierto por la bandera de Chiclana y rodeado de coronas, entre ellas de la Federación Andaluza de Montañismo y de su grupo de espeleología, fue portado por familiares.
Durante la misa, su hermano Javier relató uno de los momentos difíciles en una expedición con Gustavo, a quien describió como una persona que siempre guardaba la calma y motivaba para salir adelante. A su vez, su primo destacó su espíritu de superación para afrontar las dificultades y su vitalidad.
La ceremonia religiosa fue oficiada por el párroco Francisco Aragón, ya que finalmente el obispo de Cádiz-Ceuta no pudo acudir al sepelio en una iglesia repleta de gente que cuenta con gran aforo, pero en la que apenas había sitio para moverse.
Una vez acabada la misa, se sucedieron una vez más los abrazos entre familiares, amistades y conocidos del espeleólogo. Poco más tarde, la familia emprendió camino junto al coche fúnebre hacia el Cementerio Mancomunado Bahía de Cádiz en Chiclana, donde se incineró el cadáver.
Una nutrida representación de autoridades también asistieron al sepelio para honrar la memoria de Gustavo y apoyar a su familia en estos difíciles momentos. Entre ellos, el vicepresidente de la Junta de Andalucía en funciones, Manuel Jiménez Barrios; el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre; el alcalde chiclanero, Ernesto Marín; el delegado de la Junta en Cádiz, Fernando López Gil, así como miembros de la Corporación municipal chiclanera.
Los rostros de la familia de Gustavo reflejaban dolor e impotencia, pero también un gran cansancio tras velar durante toda la noche el cuerpo de su ser querido en el cementerio. Allí, Javier Virués mostró su agradecimiento por el apoyo y cariño que han recibido estos días y su "esperanza" de que esta tragedia "sirva de alguna manera para mejorar la capacidad de respuesta" ante otros accidentes como este.
Horas antes del sepelio, el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, ha atribuido a la "lógica desesperación" las palabras en las que ayer compañeros de la expedición y familiares de los fallecidos calificaron de "asesinato" la muerte del policía José Antonio Martínez por las circunstancias que rodearon su rescate por la gendarmería marroquí.
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