Delphi: un año desde la sangría

Los ex trabajadores de la factoría se forman en los cursos de la Junta a la espera de la instalación de nuevas empresas · Antiguos operarios miran atrás con dolor

Un grupo de esposas y madres de ex trabajadores, a las puertas de la factoría puertorrealeña, ayer.
Un grupo de esposas y madres de ex trabajadores, a las puertas de la factoría puertorrealeña, ayer.
F. R. · M. L. · H. C. / Cádiz

31 de julio 2008 - 05:04

Hoy se cumple un año de la mayor convulsión laboral que recuerda la provincia de Cádiz. El cierre de la factoría de Delphi en Puerto Real, el 31 de julio de 2007, dejó sin empleo a aproximadamente 2.000 personas entre plantilla, eventuales e industrias auxiliares.

Doce meses después, unos 200 ex trabajadores han conseguido un empleo, de los cuales unos 60 -los de mayor cualificación en la fábrica- tienen contratos indefinidos. Algo más de 1.500 de aquella planta permanecen en los cursos de formación que la Junta de Andalucía puso en marcha pensando en su recolocación. Alrededor de 180 mayores de 53 años tienen derecho a prejubilarse y así lo han solicitado. De ellos, 160 pertenecen a la empresa matriz y el resto a las industrias auxiliares.

Transcurrido este tiempo, muchos de los que entonces fueron protagonistas recuerdan cómo se vino abajo el sustento de sus familias durante 20 años. Es el caso del colectivo de mujeres de trabajadores. Entonces llegaron a ser varios centenares las que se concentraban en sus protestas. Ayer, un grupo accedió a la petición de este periódico para conocer sus sensaciones. Frente a la puerta de la planta que ellas mismas ocuparon nada más conocer la fatal noticia -a finales de febrero de 2007-, no pueden evitar mirar con nostalgia y rabia el que fue el centro de trabajo de sus maridos e hijos durante décadas.

Con su camiseta naranja recuperada de un año atrás, las mujeres volvieron a la puerta. En nombre de ellas, Antonia Roca fue clara y sincera: están decepcionadas, se sienten engañadas y no se creen la llegada de nuevas empresas. "Después de un año no todo el mundo está tan feliz y contento como se está vendiendo. Puede que vengan empresas, será bueno para la juventud de la Bahía, pero el futuro de los ex trabajadores de Delphi está muy difícil", afirmó. Y ofrece datos: "Si las empresas tardan dos o tres años en instalarse, a los trabajadores les queda, al que más, un año de paro. Dicen que vendrán muchas" pero, prosigue, "eso no se lo cree ni Antonio Fernández [consejero de Empleo]. Llevan más de un año diciendo que hay empresas, después salen los responsables diciendo que no tienen compromiso de recolocación con la plantilla de Delphi".

Antonia Roca considera que los cursos son "un camelo" porque "los que están dando no tienen nada que ver con esas nuevas empresas".

Desde la representación sindical, Pedro Lloret (CCOO) es uno más de los ex trabajadores que pretenden ser recolocados. "No hay nada que celebrar, este año ha habido malas y buenas noticias, pero lo único que queremos es que pase pronto el tiempo y empiecen a llegar las compañías en las que nos tendrán que recolocar". Mientras tanto, Lloret reconoce que ha pasado por su antigua fábrica "muchas veces, más de las que debería".

Antonio Reina Izquierdo, ex trabajador roteño, se resigna y opina que no tienen "más remedio que tener esperanza ante el futuro". Reina entró en la fábrica como eventual en 1990 hasta ser indefinido siete años más tarde. El cierre supuso un tremendo impacto en su vida que le llevó a dejar de tener "ganas de hacer otras cosas y te vuelves hasta menos social". Con el inicio de los cursos retomó el contacto con los compañeros y volvió a tener "la cabeza ocupada" pero "la incertidumbre" siguió ahí.

Óscar y Rafael forman parte del grupo que recibe el segundo de los cinco módulos de mecánica que se imparten en el Centro de Técnicas Industriales de San Fernando y reconocen que se sienten "un poco inútiles". A estas alturas no se fían de la empresa ni de sus representantes y la situación económica empieza a ahogar porque, aunque cobran el paro, no alcanzan el nivel adquisitivo del que disponían antes. "Por eso", añaden, "hay compañeros que ya se han buscado la vida por otras vías, no llegaban a fin de mes y tenían que pedir dinero a sus familias".

La Administración también hace balance. El delegado de Empleo en Cádiz, Juan Bouza, recuerda "los momentos difíciles que todos hemos vivido; nadie quería el cierre pero llegó y ahora, volviendo la vista atrás, se recuerda todo el esfuerzo de los trabajadores, de la sociedad gaditana y de los gobiernos central y autonómico por hacer de esta crisis una oportunidad".

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