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Editorial: Griñán, presidente con los votos de IU

EL candidato socialista, José Antonio Griñán, fue elegido ayer presidente de la Junta de Andalucía con 58 votos a favor (PSOE e IU) y 50 en contra (PP). Su nueva investidura ha sido posible por la firma de un pacto entre socialistas e izquierdistas, las dos formaciones minoritarias en el Parlamento, del que saldrá un Gobierno de coalición. No es el primero de estas características que se configura en la comunidad autónoma andaluza -PSOE y PA gobernaron juntos entre 1996 y 2004-, pero sí el primero entre los dos partidos de izquierdas. La segunda jornada del debate de investidura, celebrada durante la mañana de ayer, consolidó los perfiles básicos del escenario político andaluz abierto tras las elecciones del 25-M: PSOE e IU se disponen a defender un proyecto alternativo al del Gobierno de la nación, especialmente en lo relativo a las políticas de control del déficit público y los recortes sociales, poniendo el énfasis en la flexibilización del primero -Valderas llegó a anunciar que lo asume por imperativo legal- y el mantenimiento del Estado de bienestar tal y como lo han disfrutado los andaluces en los últimos años. Por su parte, el presidente del grupo mayoritario (PP), Javier Arenas, subrayó la debilidad de unas políticas que han llevado a Andalucía a los mayores índices de desempleo de su historia y el error que supone la continuidad de las mismas, e incluso su radicalización en algunos aspectos, como la fiscalidad y el fomento del empleo público. El debate concluyó, pues, con el resultado previsto y sin que los diputados, y los ciudadanos, pudieran conocer ni la organización interna de un Gobierno mucho más complicado que los anteriores ni las tareas concretas que se propone realizar en los distintos departamentos. Griñán apenas concretó sus planes para los próximos cuatro años. Por no concretar no detalló, como le exigió Arenas, la distribución del ajuste de 2.697 millones de euros ya comprometidos formalmente en aplicación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Las malas noticias vendrán, pues, más adelante.

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