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Caso Ruth y José Bretón

El juez imputa a José Bretón dos delitos de asesinato con alevosía

  • Rodríguez Lainz pide que expertos de la Junta determinen cómo se produjo el fuego · Demanda una nueva declaración del padre de los menores · Sánchez de Puerta admite que seguirá otra línea de defensa

El caso de la desaparición de los pequeños Ruth y José ha dado un giro a raíz de conocerse los resultados del informe emitido por Toxicología que confirma que los huesos hallados en Las Quemadillas pertenecen a personas. Como consecuencia, el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba, José Luis Rodríguez Lainz, emitió ayer un nuevo auto de procesamiento en el que imputa al padre de los niños, José Bretón, de dos asesinatos con alevosía y la agravante de parentesco.

En este documento el magistrado ha decidido además levantar el secreto parcial de sumario decretado la semana pasada, por lo que las partes implicadas en el caso podrán solicitar las diligencias que consideren oportunas. Así lo informó el abogado de Bretón, José María Sánchez de Puerta, a su salida de los juzgados, donde el magistrado le comunicó que ya obran en su poder los dos informes pedidos al Instituto Nacional de Toxicología que corroborarían que los restos óseos hallados en la hoguera de la finca de Las Quemadillas son de humanos.

Bretón realizó la fogata el día en el que desaparecieron los menores y, aunque en un primer informe de la Policía Científica se aseguraba que no se habían encontrado restos humanos, otros tres informes posteriores determinan que los restos óseos hallados son de personas. En el nuevo auto, Lainz pide que se realicen una serie de instrucciones nuevas, así como la petición de día y hora para que el padre de Ruth y José, en prisión desde el pasado 21 de octubre acusado hasta ahora de dos delitos de detención ilegal, comparezca ante el juez tras los nuevos informes efectuados.

El magistrado ha acordado también suspender la declaración testifical de los sobrinos de José Bretón y pedir a la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente que emita a través de sus técnicos un dictamen sobre la forma en que se pudo producir la combustión de la hoguera que el encartado encendió el día de la desaparición. Dicho dictamen también deberá aclarar la causa por la que el servicio de Prevención y Extinción de Incendios de Andalucía (Infoca) no constató la presencia del fuego hasta las 17:15 del 8 de octubre, así como los medios utilizados para ello, el tiempo previsible y el grado de temperatura que se pudo alcanzar.

Entre las diligencias abiertas, Sánchez de Puerta recordó que aún quedan por llegar los informes que tratarán de buscar moléculas de ADN en los restos óseos y en el material retirado de la hoguera. No obstante, según los informes periciales, hallar ADN sería muy complicado ya que las moléculas se destruyen a una temperatura de 300 grados, mientras que la hoguera pudo alcanzar un máximo de 800, según fuentes cercanas a la investigación.

Sánchez de Puerta también admitió a los periodistas que su labor de defensa ahora será más difícil, aunque no ha decidido aún qué línea seguirá tras el giro que ha dado el caso.

Los pequeños Ruth y José desaparecieron el pasado 8 de octubre. Su padre denunció la desaparición cuando estaban con él, según dijo, paseando por el parque Cruz Conde, en torno a las 18:00. La Policía sospechó desde entonces que él era el responsable, en un acto de venganza hacia la madre de los menores, Ruth Ortiz, que hacía tan sólo un mes le había pedido el divorcio. La detención de Bretón se produjo el 18 de octubre, diez días después de que ocurrieran los hechos. Desde entonces está en prisión preventiva.

La semana pasada, la investigación dio una vuelta cuando dos informes de antropólogos forenses independientes -Francisco Etxeberria y José María Bermúdez de Castro- dictaminaron que los huesos que se habían encontrado en la finca de los abuelos paternos después de la desaparición de Ruth y José correspondían a niños con las edades de los dos hermanos y no a roedores, como la Policía Científica sostuvo en su día erróneamente.

Etxeberria, que se ofreció de forma voluntaria a trabajar en la investigación, facilitó el resultado de su informe a la acusación particular el pasado 17 de agosto. En dicho documento el experto contradecía a la Policía, puesto que concluía que las muestras analizadas pertenecían a "seres humanos inmaduros", sin llegar a concretar las edades. Incluso, señalaba que la hoguera en la que fueron calcinados los cuerpos se manipuló con una placa de hierro que, en la práctica, se convirtió en un horno que pudo llegar a alcanzar los 800 grados centígrados. Esto es, Bretón habría planificado la manera de acabar con los dos niños sin dejar rastro.

Bermúdez de Castro realizó un tercer informe en el que llegó a unas conclusiones muy similares a las emitidas por Etxeberria. El director del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana en Burgos, concluyó el pasado 22 de agosto su informe a partir de una inspección ocular de "restos esqueléticos quemados". A partir de ahí aseguró sin ningún género de duda que los huesos identificados se correspondían, al menos, con los de un ser humano inmaduro de 6,22 años -la edad de la pequeña Ruth-, con un margen de error de 43 días. Este experto además coincide con el segundo informe en que la temperatura que alcanzó la hoguera pudo oscilar los 800 grados centígrados, a lo que pudo contribuir la utilización de una placa metálica.

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