Rivera aleja a Ciudadanos de un posible acuerdo y Podemos se distancia
Debate de investidura
Susana Díaz pierde la primera votación por 47 síes frente a los 62 noes del resto. El líder catalán exige que el PSOE solicite las actas a Chaves y a Griñán ahora. Podemos se divide ante una consulta a las bases sobre el sentido de su voto.
Nadie esperaba que ayer, en su primera votación, Susana Díaz fuese elegida presidenta de la Junta por la mayoría absoluta de los 109 diputados, pero tampoco que se alejase mucho la posibilidad de que en días posteriores lo fuera por mayoría simple. Los más optimistas pensaban que esta misma semana. Sin embargo, la sesión indicó que el PSOE está aún muy lejos de conseguir las 16 abstenciones que necesita para poder formar Gobierno. Ciudadanos, que había anunciado un pacto anticorrupción para mañana o pasado, endureció sus condiciones después de que su líder Albert Rivera, desde Barcelona, enmendase el sentido del discurso amable de su hombre en Andalucía, Juan Marín. Y en Podemos saltaron sus contradicciones internas. Teresa Rodríguez abrió la posibilidad de consultar a las bases la abstención para estupefacción de Madrid, donde la dirección estatal daba por hecho que sólo se preguntaría ante un pacto o una alianza de Gobierno. De este modo, Susana Díaz obtuvo en la votación el único apoyo de su grupo, los 47 síes del PSOE frente a 62 en contra, los de IU, Podemos, Ciudadanos y el PP. El próximo viernes se celebrará otra convocatoria, en la que sólo hará falta la mayoría simple, pero ningún partido, incluido Ciudadanos, quiere cambiar hacia la abstención. Al menos eso fue lo que indicó Albert Rivera, que ha convertido a su partido andaluz en una suerte de franquiciado.
Ciudadanos apuró así sus reclamaciones sobre el pacto anticorrupción, una rúbrica prevista para esta semana pero para la que ahora no hay fecha. Después de una intervención de guante blanco y forzado por la declaración de Rivera, Juan Marín exigió al PSOE que solicite las actas de diputado y de senador de los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán en el momento que firmen el acuerdo, cuyo primer punto obliga a los partidos a desprenderse de sus cargos imputados por corrupción. Esto lo complica todo, y en especial en el caso de Chaves, que ha anunciado su marcha con motivo del final de la legislatura, posiblemente para el otoño. No es su intención dejarlo de modo inmediato, sino esperar los meses que restan hasta que Rajoy disuelva las Cortes. Es decir, que Ciudadanos no sólo quiere que el ex presidente anuncie su marcha, como así ha ocurrido, sino que el PSOE, al menos, le reclame el acta. En el caso de Griñán, es más fácil por cuanto el grupo socialista no lo propondrá como senador de designación autonómica. A Podemos sí le valió el anuncio que hicieron los ex presidentes, pero Ciudadanos, parece que, abrumado al ser el único que apunta a la abstención, ha acotado sus exigencias. Albert Rivera llegó a manifestar la semana pasada que su partido había conseguido más en Andalucía que el PP en 30 años de oposición. Ahora, todo indica que este líder nacional se ha hecho eco del malestar que había provocado este anuncio en sus bases.
Rivera amenazó, incluso, con unas nuevas elecciones: "La pelota está en su tejado; si no lo hace votaremos que no tantas veces como convoque el pleno. Y si cambia el criterio, nos plantearemos que empiece la legislatura". "Nosotros no somos el partido andalucista ni la IU de la última legislatura", añadió el líder desde una rueda de prensa en Barcelona, que añadió como condición para la abstención una reforma electoral, la rebaja fiscal, más apoyo a la investigación y el desarrollo y la supresión de altos cargos.
Con Podemos, todo parece alejarle. De nada han servido los gestos sobre los desahucios o la reducción del 10% de la plantilla de altos cargos y puestos de confianza de la Junta. Es más, para algunos parlamentarios de Podemos, ese porcentaje ha sido casi un insulto. Podemos amenaza ahora con consultar a las bases si acuerdan una abstención, pero ésta se encuentra aún muy lejos. No obstante, el anuncio de la consulta ha sorprendido a la dirección estatal de este partido, ya que nunca lo consideró para el caso de una abstención. Ello evidencia que el PSOE, además de enfrentarse a una oposición, se encuentra ante una formación dubitativa. Teresa Rodríguez había sido partidaria, desde un principio, de este referéndum entre sus seguidores, pero en Madrid pararon esta medida. Ahora, la líder andaluz ha abierto esta polémica. Según se ha explicado a este medio, lo único que habían acordado las dos partes es que el senador autonómico que le corresponde a su formación será elegido mediante un sistema de primarias.
A parte de estas diferencias de materia, entre Podemos y los socialistas no hay buena sintonía. "Dedícate a lo tuyo", le interpeló el portavoz socialista Mario Jiménez a Teresa Rodríguez cuando ésta hablaba sobre la tribuna y cuando anunciaba la elección del senador por primarias. Según la líder de Podemos, a la que también quisieron poner nerviosa algunos parlamentarios y parlamentarias del PP, Jiménez hasta le señaló con el reloj para indicarle que se le acababa el tiempo. Nada bueno se está gestando.
Podemos sigue defendiendo que el Parlamento debe comenzar a funcionar, con sus comisiones y sus sesiones de control, aunque el Gobierno esté en funciones. Por más que la presidenta Susana Díaz haya insistido en que "no hay oposición mientras no haya Gobierno", los podemistas entienden que la Cámara tiene que comenzar a trabajar al cien por cien aunque dentro de dos meses se convoquen elecciones de nuevo.
Y es que ése es el peligro, que nadie, ni con una abstención, apoye a Susana Díaz. Los negociadores socialistas van a mirar ahora mucho a los 33 parlamentarios del PP; ellos podrían tener la clave, pero nada se moverá en este partido hasta después de las municipales del 24 de mayo. Quizás entonces la debilidad de sus alcaldes en minoría se compense con una abstención del PP.
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