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María Jesús Montero. consejera de hacienda

"El acuerdo del Presupuesto nos permite hacer frente a la difícil situación en España"

  • Tras haber firmado con Ciudadanos la práctica extinción del impuesto de Sucesiones, sostiene que Andalucía está en posición de negociar

"El acuerdo del Presupuesto nos permite hacer frente a la difícil situación en España"

"El acuerdo del Presupuesto nos permite hacer frente a la difícil situación en España"

La consejera de Hacienda, María Jesús Montero (Sevilla, 1966), acaba de acordar con Ciudadanos (C's) una bonificación del impuesto de las herencias de un millón de euros. A cambio se asegura el apoyo a los Presupuestos de 2018.

-¿Cómo lleva una mujer de izquierdas la rebaja del impuesto de Sucesiones?

-Estoy contenta con el acuerdo, la presidenta nos indicó que era muy importante tener una estabilidad política para el año próximo que nos permitiera hacer frente a la situación tan complicada que tenemos en España, y no sólo por el desafío soberanista, sino también porque queda pendiente la negociación del sistema de financiación autonómica. Nosotros estábamos empeñados en que esa reforma fiscal fuera compatible con un aumento del Estado de bienestar, pero con un crecimiento importante, no un aumento para aparentar. Y eso, que era lo más difícil, ha sido posible. El acuerdo incluye muchas medidas de izquierdas.

-¿Cuáles?

-Es el 5% de aumento en sanidad, el 3% en educación, la puesta en marcha de la renta de inserción, el apoyo a los juzgados para las cláusulas suelos, estamos muy satisfechos.

-Pero hasta hace unas semanas su Consejería defendía el impuesto.

-Lo que trasladábamos era lo que las cifras ponían de manifiesto: que el impuesto de Sucesiones en Andalucía lo pagaban los más ricos.

-¿Y ahora quién pagará? ¿Los muy muy ricos?

-No, los millonarios.

-No entiendo eso de ricos y millonarios.

-Antes lo pagaba un 2% del total de quienes presentaban una declaración por herencia, hablo del grupo uno y dos (cónyuges e hijos). Y Ésos eran los más ricos, no digo que lo fueran previamente, pero sí eran los que más heredaban. Lo que tratábamos de decir es que no era verdad que ese impuesto lo pagaba todo el mundo en Andalucía. No es cierto, era mentira. Con los datos que tenemos de 2016, y con la consideración de que el exento en 2017 es de 250.000 euros, paga sólo un 2% en personas de parentesco uno y dos; son 5.000 personas, y hasta 19.000 con grados mayores, pero de un total de unas 250.000 autoliquidaciones. No pagaba todo el que heredaba, es mentira. Ahora, con el mínimo exento que hemos acordado para 2018, pagarán unas 200 personas. Pero las campañas de difusión que se han realizado, y han sido muy fuertes, en contra de este impuesto han conseguido hacer creer que todo el mundo que heredaba en Andalucía tenía que pagar.

-Pero si no es por Ciudadanos, usted hubiese seguido con ese impuesto.

-Ciudadanos hizo un planteamiento, y le explicamos que cualquier rebaja de ingresos por reforma fiscal debía de darse en un contexto de crecimiento económico, de modo que no bajase el conjunto. Para ello era también muy importante la reforma del sistema de financiación autonómica. Como sabe, hubo una comisión de expertos que dijo que ese impuesto había que armonizarlo en el conjunto de las comunidades autónomas, con mínimos y máximos para evitar el dumping fiscal. Nosotros seguimos trabajando en esa clave: es necesario que el Gobierno central lo armonice, porque más allá de nuestra reforma se sigue produciendo una asimetría fiscal en España, aunque nosotros estemos ahora en la parte donde menos se grava. Galicia, donde el PP tiene mayoría absoluta y lo puede reformar cuando quiera, tiene un mínimo exento de 400.000 euros. ¿El PP a qué juega en Andalucía? ¿A desgastar al Gobierno andaluz? ¿Le importa algo el impuesto de Sucesiones? Es que es muy raro que el ministro Montoro no haya hablado de Sucesiones, y es él quien puede cambiarlo. ¿Por qué no lo hace? El PP andaluz lo cuestiona, pero no se lo dice al ministro. Han usado algo muy sensible, como es el fallecimiento y los bienes que se dejan a un hijo, para hacer política de desgaste al Gobierno andaluz. Repito, 5.000 personas, pero todo el mundo creía que estaba en el contexto de esas 5.000 personas.

-Entre esas 5.000 personas también había problemas.

-Sí, pero es que han hecho confundir al impuesto de Sucesiones, que no pagaba la inmensa mayoría, con los gastos de notaría o con las plusvalías, que cobran los ayuntamientos.

-Con los sobrinos herederos no hay nada que hacer.

-No tienen ninguna bonificación ni exención en el conjunto del Estado. Sobre eso, por tanto, no se ha producido un dumping fiscal entre comunidades. Y ese es el verdadero problema del impuesto, el dumping, que la gente no entendía por qué en unos sitios no se pagaba o se pagaba muy poco, y en otros mucho. El sentir popular es de agravio precisamente por eso, por las diferencias.

-¿Habrá ahora más declarantes en Andalucía?

-No creo que ni antes ni ahora se vaya a producir desplazamiento de capital, la gente tributa por regla general donde reside, no es tan fácil planificar un fallecimiento y cambiar de residencia.

-¿Cómo va a compensar la pérdida de ingresos entonces?

-Con el ciclo económico.

-¿Y después los volvemos a subir en caso de crisis?

-La fiscalidad opera así. Se puede hacer una rebaja fiscal cuando no se produzca una merma de los ingresos y de los recursos que se destinan a los servicios públicos. Pero cuando llegue un ciclo bajo, que es lo que usted plantea, queremos contar con un fondo de estabilización, y eso lo hemos planteado para la reforma del sistema de financiación autonómica. Sería, para que se entienda, como la reserva de la Seguridad Social, pero evidentemente nadie tiene en mente una crisis tan radical e imprevista como la que hemos sufrido.

-¿Confía en que se reforme el sistema en esta legislatura?

-Se tenía que haber producido ya, para el año 2018, que era el compromiso de Rajoy. Hubiésemos tenido tiempo de sobra para hablar del impuesto de Sucesiones, qué parte del IRPF pasa a las comunidades, cuál sería el IVA colegiado... Lo que es una trampa es hablar de reforma fiscal cuando se negocia la financiación autonómica.

-¿El Presupuesto de 2018, entonces, está casi encajado?

-Queda poco ya. Falta el dato, por ejemplo, de la subida salarial de los funcionarios, porque hay que saber cómo lo deja el Gobierno central. Los sindicatos están diciendo que se dejará entre el 1,5% y el 2%, creo que estará en el 1,5%. Las aproximaciones que hay sobre la mesa son 1,5% en 2018; un fijo de 1,5% y una parte de variable de hasta medio punto en 2019 y un acuerdo de hasta tres años. Y esto es muy importante porque cada punto de subida son 150 millones de euros.

-Usted ha pasado por la Consejería de Sanidad, ya lleva varias legislatura en el Gobierno. ¿Cuándo comenzará a notarse en los servicios públicos estas mejoras presupuestarias?

-Hay algunos sectores donde se debe comenzar a notar ya. Sanidad ya creció el año pasado en volumen notable, en tres años va a crecer casi un 10%, son más de 800 millones. Sé que la percepción ciudadana llega más tarde, pero espero que se comience a notar: nuevas infraestructuras, mejora en las listas de espera, mayor capacidad de los empleados con mejores retribuciones y jornadas... es un proceso continuo, no puedo saber el día y la hora, pero la voluntad, y la acción, del Gobierno andaluz es inequívoca. Esto no es casual, es una apuesta por aquellas políticas que nos hace a todos iguales.

-¿Para cuándo dejamos la vuelta de la inversión en infraestructuras públicas?

-Ni Andalucía ni el resto de comunidades autónomas podrá volver a un buen ritmo inversor hasta que no se reforme el sistema de financiación. Pongamos, por ejemplo, el año 2014: todos los servicios públicos se apuraron al máximo, efectividad máxima, menos salarios para los empleados públicos, un año muy duro, en el que no hubo despilfarro. ¿Cuánto faltaban a esos servicios públicos? 16.000 millones de euros. En un año donde nadie discute que el servicio es eficiente. Por tanto, al mínimo que le falten son 16.000 millones, algunos expertos hablan de 40.000 millones. Lo que ha ocurrido es que, como los servicios públicos venían infrafinanciados, ha habido un desplazamiento desde la inversión al gasto en servicios. Los gobiernos de izquierdas hemos intentado mantenerlos, pero a costa de no tener el ritmo deseado de inversión. Y la inversión es muy importante, no son obras inútiles, parte de la competitividad de las empresas depende de la conectividad.

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