La Cátedra BBVA de Empresa Familiar San Telmo Business School entrega sus premios
Se trata de la vigesimoséptima edición, que ha concedido 10 premios por provincias andaluzas y extremeñas, uno para Ceuta y Melila, y un Premio Especial
Corazón y cerebro. Las dos herramientas esenciales para el emprendimiento, consolidación y crecimiento de una empresa familiar. Las que se conjugan en el día a día de las 12 empresas premiadas este año por la Cátedra BBVA de Empresa Familiar. “Son ejemplo de haber sabido conciliar el sentimiento de la familia y la razón de la empresa”, afirmó Juan Cano Ruano, presidente del Consejo de la Cátedra, durante la gala en la que se entregaron los premios. Cano Ruano fue el primero en intervenir en una ceremonia con más de 220 invitados en la sede de San Telmo Business School de Málaga. Entre los asistentes estuvieron Juan Cano Ruano, presidente de la Cátedra BBVA de Empresa Familiar de San Telmo Business School; Francisco Javier Jerez Basurco, director territorial sur de BBVA; Juan Pérez Gálvez, director general de San Telmo Business School; Macarena Selva Morán, directora académica de la Cátedra BBVA de Empresa Familiar de San Telmo Business School; Asunción Álvarez Puerta, directora regional Sur de BBVA y Francisco de la Torre Prados, alcalde de Málaga. Allí, un ficus preside el jardín. Un ejemplar centenario e imponente de raíces profundas que se adaptan a numerosas condiciones. Longevo y resiliente. Como las empresas reconocidas: Transintercano, Electrofil, Construcción Abreu, Abance Ingeniería, Daplast, Penalva Alimentación, Masiá Ciscar, Sierra Magina, Grupo Ansan, Troqueles Sánchez, Grupo Gaselec y Gabriel Castaño.
“De media, la vida de una empresa familiar es de 60 años, mientras que en el resto de las empresas es de 12”, afirmaba Cano Ruano para poner en valor las empresas familiares de España, una estructura de trabajo que goza de buena salud: “El 48% crecen a doble dígito”, recordaba. El propio presidente del Consejo de la Cátedra subrayaba la importancia de reconocer la labor de estas empresas, manifiesto al que también se unía Francisco Javier Jerez Basurco. El director de la Territorial Sur de BBVA comenzó su discurso con la emoción de haber marcado en rojo en el calendario este día de la entrega de premios. “En un momento en el que la empresa privada no está reconocida como debiera, cabe recordar que representa el mayor estímulo para la economía, el fomento de la innovación y la generación de riqueza”, puntualizó.
El reconocimiento y la empresa, aseguró, son para él los dos pilares en los que se sustenta el día a día de la entidad bancaria en la que trabaja y la sociedad en su conjunto. “El elogio es un estímulo eficaz”, dijo evocando a Ramón y Cajal. Tan eficaz que la estadounidense líder en análisis y asesoría Gallup cifra en un aumento del 21% la productividad de aquellas empresas con altos niveles de reconocimiento. Una estadística que se traduce en una rentabilidad un 22% superior al resto y una rotación de empleados un 28% menor. Sin embargo, “si preguntásemos de forma aleatoria diez medidas para alcanzar niveles diferenciales de rentabilidad o productividad, ¿cuántas empresas harían alusión al reconocimiento como cultura de la organización?”
La respuesta a la pregunta de Jerez Basurco a menudo es un número menor. “Para mí desde luego es la una parte esencial de mi hoja de ruta”, afirmó para poner en valor la escuela de negocio San Telmo Business School, con más de 12.000 antiguos alumnos y su proyecto de Cátedra “que impulsa el cuidado, desarrollo y supervivencia de la empresa familiar, tan importante para la economía de cualquier país”. En concreto, la Cátedra, con la colaboración de BBVA, reconoce a una empresa por cada provincia de Andalucía y Extremadura; a otra por Ceuta y Melilla, y un Premio Especial. “El esfuerzo de varias generaciones se cristaliza en estos premios, no os pongáis límites”, animó a los asistentes el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, también presente durante la gala.
La inteligencia artificial se suma a los retos tradicionales
Y la quinta generación comienza a llegar a la empresa galardonada con el reconocimiento especial. Ángel Castaño, consejero Gabriel Castaño, se encargó de recoger el premio que reconoce casi el centenario de esta industria cárnica afincada en Cumbres Mayores (Huelva). Su tatarabuelo aprovechó la tradición familiar para crear una fábrica de jamones y embutidos ibéricos junto a su mujer en 1929. Desde entonces, la firma onubense no ha hecho más que crecer lanzados a partir de diferentes puntos de inflexión como la compra de la primera cámara frigorífica en los años 40 o las sucesivas transformaciones con la incorporación de maquinaria y nuevas técnicas de control de calidad, normativa o packaging.
Precisamente la digitalización es uno de los retos que cita el propio director de la Territorial Sur de BBVA durante su intervención. Jerez Basurco reconoce que las empresas se encuentran en un contexto de evolución rápida y constante. "A los retos tradicionales se le suma de una forma incipiente, pero disruptiva y necesaria: la inteligencia artificial", puntualizó. En cualquier caso, el representante territorial de esta entidad bancaria plantea la internacionalización como otra de las oportunidades.
De internacionalización es el caso de Construcciones Abreu. Fundada a mediados del siglo XX, la familia Abreu emplea a medio centenar de personas en un grupo empresarial ya diversificado. Sobre todo en la provincia de Cáceres, pero también extendido a lugares como Panamá o República Dominicana, donde construye importantes promociones. Con un origen en la especialización en la conservación y rehabilitación del patrimonio, Antonio Abreu, su fundador ya fallecido, llegó a ser presidente de la Federación de Empresarios de la Construcción y fundador de la Asociación Española de Restauración (ARESPA) e incluso su homóloga europea.
Al sur, en Badajoz se reconoce la trayectoria de la familia Gómez Rico. Emilio Gómez sigue acudiendo a diario a la oficina con sus 89 a pesar de haber dado ya un paso al lado hace una veintena. Fundó el Grupo Electrofil a partir de la filial que esta firma barcelonesa con el mismo nombre abrió en Extremadura y que comenzó a capitanear el propio Emilio en los años 50. De raíces relacionadas con el material electrónico, y como única superviviente de aquella matriz catalana, se consolida en el sudeste español.
Las andaluzas premiadas
“La iniciativa de Badajoz es un ejemplo de cómo en el sur podemos hacer las cosas igual o mejores que en el norte”, incidió el alcalde de Málaga. El premio en su provincia recayó en Grupo Ansan, una empresa que ha levantado 7.000 viviendas en 47 promociones, que emplea a 154 personas y que facturó más de 26 millones de euros al año. Con origen en 1964 por el albañil Juan Angulo Zamora, y que recala en la Costa del Sol en 1986 con la adquisición de varias parcelas, algunos miembros de la tercera generación ya están incorporados al organigrama de la empresa.
Pero quien reúne a más personas es Daplast. La empresa de la familia Pérez es la encargada de fabricar los asientos de las infraestructuras deportivas. En el estadio del Real Madrid o del FC Barcelona se sientan miles de personas en butacas fabricadas en Córdoba, desde donde también exportan a localizaciones de África, Sudamérica y Asia.
En el agro, se centran las iniciativas empresariales de la familia Masiá y la familia Cano. La primera, pionera en la fresa onubense y con otra sede en Portugal, ocupa el 14% del sector en Huelva, mientras que la segunda factura 72 millones de euros transportando frutas y hortalizas desde Almería con 350 camiones, 347 más que cuando Juan Cano fundó Transintercano en 1991.
También en la industria alimentaria se encuentra la premiada granadina, Penalva Alimentación. El gigante de los helados Nordwick supera el medio siglo de actividad después de que la familia Penalva dejara Alicante. La modernización de la fábrica en los años 70 inaugura un periodo de expansión para la firma, con un aumento de la producción y el catálogo que le conducen al día de hoy a cubrir el 70% de España y exportar a localizaciones como Estados unidos, Francia, Italia, Cuba o Chile desde unas instalaciones en Churriana de la Vega con 9.500 metros cuadrados.
Por Jaén, fue distinguida la Familia Toledano y Barranco de la Empresa Sierra Magina. Con más de medio siglo como referente nacional e internacional de productos cárnicos, la Cátedra BBVA de Empresa Familiar de San Telmo Business School le distingue, entre otros aspectos, por su compromiso con la sostenibilidad y el medioambiente. Además, se han sabido adaptar a nuevos mercados con productos halal que favorecen el comercio exterior con países de oriente.
Sobre adaptación también sabe la familia Campoy, fundadora de Abance Ingeniería. Esta gaditana es pionera en informática, cuya importancia ya vislumbró Carlos Campoy en los años 80. Abance viró hacia la especialización naval, dada su localización, y con más de 200 empleados, mantiene importantes contratos relacionados con el ámbito militar y naval nacional e internacional.
Por último, en Sevilla se reconoció a la familia Sánchez de Troqueles Sánchez, fundada en 1979. Especializada en el cartonaje, comenzaron como las grandes empresas: en un garaje. La tecnificación y la formación constante ha caracterizado a esta empresa familiar que va camino de la tercera generación. “Cuando le pones el apellido familiar a una empresa añades valores tan importantes como la humildad, el esfuerzo y la perseverancia para superar cualquier obstáculo y alcanzar éxitos en términos económicos y sociales”, subrayó el director de la Territorial Sur de BBVA.
También es el caso de Grupo Gaselec, que presume de llevar 127 años iluminando la ciudad de Sevilla. La familia Cabanillas coge las riendas de la distribución de la energía en la ciudad autónoma a mediados del siglo pasado. José Cabanillas, el ingenierito –como le apodaron–, llegó incluso a ser alcalde de Melilla.
La sucesión, la formación en nuevas habilidades y la gestión de los órganos de gobierno son los retos organizativos a los que se enfrentan estas empresas de ya reconocido éxito. “La Cátedra se enfoca en que sean mejores gestores y en que la familia aporte a la empresa y viceversa”, concluyó Juan Cano, presidente del Consejo Asesor de la misma. El Consejo Asesor de la Cátedra reconoce a estas 12 empresas y a los empresarios familiares que la componen. Tradición, diversificación, internacionalización e innovación son algunas de las variables que se han tenido en cuenta. En definitiva, longevidad y resiliencia. Como el ficus que preside esta vigesimoséptima edición de los premios.
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