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La falta de credibilidad motivan un no inamovible

  • El portavoz de IU insite en la banca pública y exige más contundencia contra la corrupción. La socialista se siente "orgullosa" de lo logrado la pasada legislatura.

"Quien no la conozca, que la compre. Nosotros desde luego no vamos a hacerlo". Antonio Maíllo, coordinador general de IU y portavoz parlamentario, anticipó ayer que al ex socio de gobierno del PSOE la pasada legislatura le va a costar mucho tiempo cicatrizar la salida del Gobierno andaluz. El no a la candidata Susana Díaz es inamovible, pese a que la candidata a presidenta ha adoptado gran parte del paquete legislativo del gobierno de coalición, al menos en el enunciado (12 leyes de las 24 prometidas).

La ruptura de relaciones entre PSOE e IU se agudiza en la relación entre Antonio Maíllo y Susana Díaz, que protagonizaron un duelo áspero, de estilete, profundizando en las heridas ajenas, con reproches y afectos perdidos. Maíllo afeó a Díaz en varias ocasiones que no lo mirase a los ojos y ésta le acusó de estar "frustrado" por los resultados electorales.

"El problemas es que no es de fiar", dijo Maíllo. Díaz le recordó en varias ocasiones al portavoz de IU que los andaluces le han situado como quinta fuerza política.

Más allá de las cuestiones personales, Maíllo sustanció la negativa a Díaz en el giro a la derecha de su política económica, con las fotos junto a la banca, y la bajada de impuestos sin explicar cómo va a pagar promesas sociales como la de una renta básica. Casi en el mismo sentido, Maíllo censuró la actitud de Díaz con las entidades financieras y los desahucios.

La crispación llegó a su máximo nivel cuando Maíllo dijo que unos días después de quedarse el PSOE solo en la Junta vendieron 2.711 viviendas de alquiler social. "No sé cómo no se le cae la cara de vergüenza", dijo. El acuerdo es del pasado 28 de marzo, aunque Díaz le acusó de "manipulación", remitió la venta a 2010 y dijo que las viviendas no se vendieron a fondos buitres sino a inquilinos, resultado que Maíllo no había mencionado. El portavoz de IU consideró una "broma de mal gusto" los incentivos a la banca, que Díaz entendió como económico, algo prohibido por ley, y que le valió a Maíllo otra acusación de "manipulación".

La falta de sintonía entre Susana y Maíllo no encuentra disimulo. "No me importa la opinión que usted tenga sobre mí; yo me ahorro la que tengo sobre usted", dijo Díaz.

Maíllo le había acusado de un giro a la derecha con su propuesta de unas elecciones con segunda vuelta, "que favorecen al bipartidismo que está empezando a ser derrotado", y a que Díaz "derechiza su discurso". "Se tiñe de rojo 15 días y ahora de azul. A mí me cuesta caer en la hipocresía y el cinismo, lo anuncio ya", se dirigió Maíllo al hemiciclo.

Díaz lamentó que IU no se sienta orgullosa de la experiencia de gobierno, se ufanó de la recuperación para su programa de las leyes inspiradas por la formación izquierdista y terminó con un consejo cromático: "Tengan cuidado, porque el rojo cuando se mezcla con el azul termina en morado (en referencia a Podemos), y si IU se acerca mucho al PP ya sabemos cómo acaba", resucitó Díaz la etapa de la pinza. La relación entre PSOE e IU ha vuelto a las andadas.

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