El orden mundial está humillado y loco, loco, loco
El profesor emérito Pablo Fernández presenta 'Miradas inquietas', una selección de artículos publicados en los periódicos del Grupo Joly desde 2009 a 2025
El mundo está loco, loco, loco es una comedia filmada en Estados Unidos hace sesenta años que sirve de símil para un mundo que, en su reverso, se ha convertido desde hace unos años en un melodrama para poca broma que Estados Unidos se empeña en realizar. De árbitro internacional a tuercebotas transnacional, la Casa Blanca se está ocupando de desarmar día tras día un tablero global que ella misma propuso, dispuso o impuso al final de la Segunda Guerra Mundial. Hay un nuevo orden mundial en marcha, un planeta que ha pasado del caos a la humillación, al menos desde la mirada de aquellas potencias que han dejado de tener voz, véanse Europa o Japón. Es lo que dicen quienes saben de política y de derecho internacional y es sobre lo que ha reflexionado y, principalmente, ha escrito y afirmado el protagonista del acto que tuvo lugar ayer en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla.
El catedrático de Derecho Internacional Público, Pablo Antonio Fernández Sánchez, presentó ayer en su casa académica, en su otra casa además de la Universidad de Huelva, el libro Miradas inquietas, cuyo subtítulo resulta suficientemente revelador: de un mundo desordenado a un orden mundial humillado. Sobre su figura y trayectoria, de cuyo reflejo queda constancia en la selección de artículos publicados entre 2009 y 2025 en los periódicos del Grupo Joly que integra el libro, tuvo las primeras palabras la directora de la editorial Universidad de Sevilla, Araceli López: “Un intelectual que aúna rigor académico y compromiso social”, una especie de ideal cernudiano del docente e investigador, que destacó el presidente del Grupo Joly, José Joly.
En todos los mundos locos y humillados, que tal vez nunca han dejado ni dejarán de serlo, es dable destacar cualidades como la valentía. Lo hizo José Joly, quien subrayó del autor no solamente el pensamiento y la reflexión que se les asume a los investigadores universitarios sino la plasmación negro sobre blanco en la prensa diaria que se les reconoce a los “hombres de acción”. De la virtud del homenajeado a los vicios de lo por venir. “¿Son Ucrania y Gaza el prólogo del desastre que se nos avecina?”
En su primer artículo en las cabeceras del grupo Joly, el profesor ya emérito Pablo Fernández alertó de las veleidades xenófobas y neofascistas del entonces líder del Partido Liberal austriaco Jörg Haider. Era el año 2000, la mitad del mandato en la Junta de Andalucía de Manuel Chaves, ayer presente en el acto y testigo de excepción en esta película excepcional que han sido las últimas tres décadas de la historia en Europa. El primer artículo del catedrático Fernández con la que abre el volumen, de 2009, muestra esperanza por una jurisdicción universal que prometía maná con la insólita petición de búsqueda y captura de la Audiencia Nacional a Augusto Pinochet. Que el Congreso de los Diputados apoyara aquella moción con 329 síes, nueve noes y seis abstenciones dicen mucho del cambio del rumbo de los acuerdos en la política nacional e internacional.
Trump y el fin del multilateralismo, Ucrania, Gaza, Oriente Próximo, el Brexit, la degradación de la naturaleza, los exilios y las migraciones... El periodismo practicado por el profesor Fernández obliga a la reflexión engrasada y a la respuesta ágil en forma de texto volandero. Y en el recorrido de sus artículos puede comprobarse una línea que nace desde la esperanza de una única justicia para un solo ser humano a la decepción por un orden, el nacido después de la Segunda Guerra Mundial, que “ya no resiste sus costuras”, un “proceso revolucionario” que ha sometido miles de normas a un proceso de “obsolescencia programada”. Y en ese mundo sin reglas ni normas sólo sobreviven los más fuertes, los más ricos, los más despiadados.
Más o menos caótico, más o menos sometido, parece mayoría la que prefiere que haya de una vez un nuevo orden mundial que dure y que no se nos muera de viejo, por demencia.
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