La verja se convierte en el balcón de Cádiz

Varios centenares de personas siguieron el acto desde el exterior del recinto portuario Un grupo de ex Delphi y del colectivo de parados intentaron boicotearlo

Doña Sofía se fotografió con toda la dotación del 'Juan Carlos I' en la cubierta principal del buque insignia de la Armada española.
Doña Sofía se fotografió con toda la dotación del 'Juan Carlos I' en la cubierta principal del buque insignia de la Armada española.
Redacción Cádiz

18 de septiembre 2013 - 01:00

Varios cientos de personas presenciaron el acto celebrado en el muelle Ciudad desde la reja que separa el puerto de Cádiz y, también, desde la renovada y peatonal plaza de San Juan de Dios. Muchos de ellos eran turistas de uno de los buques que ayer se encontraban en el puerto, que casi puso el cartel de completo. Se repitieron escenas ya vistas la jornada anterior, cuando se realizó un pormenorizado ensayo del acto, al ser numeroso el público que elige ahora San Juan de Dios como nuevo balcón al puerto de la capital.

Entre quienes acudieron a ver la entrega de la bandera al buque insignia de la Armada, se encontraba un grupo de una veintena de personas, antiguos empleados de Delphi e integrantes de un colectivo de parados, que durante toda la mañana lanzaron diversos gritos por su situación laboral e intentaron boicotear la entrega de la bandera.

De las críticas no se salvó nadie: el Gobierno, la Junta, Comisiones Obreras, UGT y la propia Familia Real. Este colectivo llegó a silbar la interpretación del Himno Nacional, lo cual fue criticado por otros ciudadanos que, en silencio, estaban intentando ver el acto militar y lamentaron que se intentase boicotearlo. Quienes se atrevieron a llamar la atención a los que protestaban tuvieron que soportar, a su vez, comentarios de parte de los integrantes de este colectivo.

Algunos de los presentes destacaban la importancia de la celebración de estos actos institucionales en la ciudad "porque dan realce a Cádiz", mencionando lo que se celebraron durante el Bicentenario.

Más allá de este intento de boicot, la ciudad vivió con absoluta normalidad el desarrollo del acto, hasta el punto que la presencia de altas autoridades del Estado en Cádiz apenas tuvo incidencia en el tráfico en sus principales vías, mientras que efectivos de la Policía Nacional controlaban la seguridad en todo el exterior del recinto portuario.

El inmenso buque de la Armada abandonó el puerto de Cádiz a primera hora de la tarde. Curiosamente a continuación partieron el resto de los navíos quedando únicamente el buque escuela de la Armada Mejicana, que lleva varios días en la ciudad.

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