Sevilla circular: cuando el residuo se convierte en recurso (y la provincia marca el ritmo)
TRIBUNA
Sevilla es una provincia donde la economía circular se juega en grande. Aquí el reto no es solo hacerlo bien: es hacerlo a escala, con constancia, y con la capacidad de innovar para cerrar ciclos que todavía están a medio camino en muchos territorios.
En 2023, GSA ganó la licitación de LIPASAM para gestionar el transporte de los residuos municipales generados en la ciudad de Sevilla durante tres años. En ese servicio transportamos alrededor de 250.000 toneladas anuales desde la planta de transferencia de LIPASAM hasta el Centro Integral de Tratamiento de RSU de Montemarta-Cónica, en Alcalá de Guadaíra, el mayor de Andalucía. Esa cifra explica mejor que cualquier definición lo que significa “servicio esencial”: planificación, seguridad, cumplimiento y fiabilidad todos los días.
Pero Sevilla también representa otra dimensión de la circularidad: la que va más allá de recoger y transportar, y busca crear valor a partir de aquello que durante años se ha considerado simplemente un residuo. En 2022 pusimos en marcha el proyecto CompoRISE, orientado a obtener biofertilizantes de altas prestaciones a partir de desechos orgánicos generados en Sevilla y su provincia. Esta línea de trabajo tiene un propósito muy concreto: tecnificar el compostaje para mejorar calidad, reducir tiempos y abrir puertas a nuevas aplicaciones agronómicas.
En cuanto a la recogida selectiva de vidrio, en Sevilla recogimos más de 2,5 millones de kilos en 2024, un incremento del 25% respecto a 2023, en municipios donde prestamos el servicio desde julio de 2022. Este avance queda reflejado en el dato agregado del gestión de vidrio (Sevilla, Málaga, Granada y Cádiz): de casi 35.200 toneladas en 2023 pasamos a 36.300 toneladas en 2024 para reciclaje en Andalucía.
En cuanto a la recogida selectiva de vidrio, en Sevilla recogimos más de 2,5 millones de kilos en 2024, un incremento del 25% respecto a 2023".
Y, aunque no todo se puede contar en clave de provincia, sí hay algo que afecta de lleno a Sevilla: la capacidad de invertir para sostener el servicio y mejorar. En 2024, GSA gestionó 323.398 toneladas de residuos e invirtió 4.842.601,89 euros en medios. Eso se traduce en flota más preparada, respuesta más rápida y un sistema que mejora con datos, no con intuiciones.
Esa visión está recogida en nuestra Estrategia de Sostenibilidad 2025–2030, con hitos en certificaciones, tecnologías de valorización y mejora continua del Sistema Integral de Gestión.
Sevilla tiene el tamaño, el tejido económico y la ambición para ser referencia. Desde GSA queremos seguir aportando justo eso: capacidad operativa, innovación aplicada y una manera de trabajar que convierta la circularidad en algo cotidiano y medible.
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