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Madrugada

La noche más frágil

  • Una estampida de público, tras una pelea en la Encarnación, arrasó el cortejo del Silencio, que regresaba a San Antonio Abad. La Macarena tuvo que alterar su recorrido de vuelta por un escape de gas.

La Madrugada es frágil, insegura. Se constipa cada vez que alguien estornuda, y este año ha vuelto a quedar demostrado tras una pelea en la Encarnación, en la que tuvo que intervenir la Policía. No se pueden tapar las miserias y las vergüenzas de una noche en la que salen las devociones más universales de la ciudad y seis de sus mejores cofradías. Todo se magnifica en la Madrugada. Tanto lo bueno como lo malo. Y en el caso de los segundo, de manera superlativa.

Durante la noche se produjeron cinco peleas. La primera de ellas ya afectó a la Hermandad de los Gitanos poco después de su salida en la calle Matahacas. Luego hubo tras cuatro -todo sucedió entre las 4:00 y las 5:00- en el entorno de las setas de la Encarnación que se han convertido en el epicentro de la baja estofa que inunda la noche y está consiguiendo acabar con ella. Una de esas peleas provocó una estampida de público que se desparramó por las calle Laraña, Orfila, Lasso de la Vega o la Plaza del Duque afectando de lleno a la Hermandad del Silencio, que ya regresaba a San Antonio Abad. Las consecuencias, aunque  muchos se empeñen en camuflarlas bajo la alfombra de la vergüenza, fueron importantes para esta archicofradía y su modélico cortejo. Los testimonios de los hermanos y nazarenos son una buena prueba de ello, como los vídeos y las fotografías que pueden ver en la página web de este diario y en las redes sociales. Nazarenos arrollados por el suelo, cirios partidos en dos, cruces destrozadas, caras descompuestas, capirotes que volaron. Pánico, en definitiva.

Una estampida rompe el cortejo del Silencio (Vídeo: Luis Duarte)

La marabunta que corría despavorida sin saber de qué rompió por completo la cofradía. El paso del Señor se encontraba en la esquina de Javier Lasso de la Vega y Amor de Dios; y el paso de María Santísima, en la calle Cuna casi llegando a Goyeneta. Las situaciones vividas fueron tremendas. Dos ejemplos: los pajes que acompañan al paso del Nazareno fueron metidos bajo el paso para protegerlos. El amplio cortejo litúrgico que cierra la cofradía fue  arrollado y desplazado hacia las paredes de la calle. Un costalero del Señor explicó que se encontraban debajo del paso esperando que en cualquier momento esa fuerza que escuchaban impactara contra ellos. Esta estampida se sintió en la misma Campana cuando el palio de la Macarena giraba desde el Duque. Eran las 04:25. Fueron unos instantes de incertidumbre y desconcierto, aunque rápidamente se llamó a la calma y sólo quedó en el susto. Los aplausos consiguieron calmar el aterrador ruido que se escuchaba bajar desde Laraña. La intervención policial consiguió controlar la situación en pocos minutos y el Ayuntamiento llamó a la calma a través de las redes sociales y los medios de comunicación, pero, una vez más, y ya van dos después del año 2000, se confirmó la fragilidad de la Madrugada. Y si alguien ve normal que se arrase el cortejo de una cofradía por una estampida tras una pelea, que se lo haga mirar.

Las zonas aledañas a la carrera oficial y algunos lugares por donde pasan las cofradías se han convertido en auténticos botellódromos y es vital que se disuada a los jóvenes que sólo salen a divertirse de esta práctica, como en su día se hizo en la Gavidia. La Madrugada está abocada a seguir perdiendo público si no se solucionan estos problemas que tanto perjudican a la jornada. Las hermandades y el Ayuntamiento deben poner todo el empeño en que esto sea así. Son varias las preguntas que alguien debe responder: ¿Dónde está la labor preventiva? ¿Por qué se permite a los jóvenes campar a sus anchas y hacer botellona, cuando no está permitido, y mucho menos en Semana Santa? ¿Por qué se les permite a algunos bares vender alcohol cuando está prohibido? Nazarenos del Silencio relataron cómo muchos jóvenes se iban cruzando entre el cortejo, vaso en mano. El público de baja estofa, la chusma, se ha apropiado de ciertos lugares por donde pasan las cofradías, algo que se puede comprobar también el Domingo de Ramos en la Plaza del Salvador.

Los Gitanos a su paso por la Encarnación (Vídeo: Ainhoa Ulla)

El escenario de la noche, cuyo apelativo de más hermosa queda cada vez más en entredicho, se ha convertido en el de una película de suspense en el que en cualquier momento puede suceder algo. El público y el ambiente así lo anuncian. No sólo son problemas de horarios e itinerarios los que afectan a la Madrugada, como ha quedado más que demostrado.

Además, la Macarena tuvo que cambiar su recorrido de regreso por un escape de gas al principio de la calle Feria. Tras salir de Cuna, continuó por Orfila, Javier Lasso de la Vega, Amor de Dios y Correduría, para acceder de nuevo a Feria una vez salvado el tramo afectado. El tapón que se formó en esta zona fue muy importante. A la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, también, se le rompió uno de los varales de su paso en una levantá.

Por lo demás, la noche transcurrió sin grandes retrasos, cerrándose con 35 minutos en la Campana. La Macarena cumplió y dejó libre en tiempo y forma el cruce de Trajano para que pasara el Silencio y discurrió sin demora por la carrera oficial. La Esperanza de Triana tuvo que realizar un nuevo esfuerzo titánico para comprimirse, aunque el Gran Poder sufrió un gran parón en Zaragoza. La Macarena también aguardó mucho tiempo en Cuna a que quedara despejada la calle Laraña.

Salida de la Esperanza de Triana (Vídeo: Ainhoa Ulla)

El discurrir por la Campana concluyó  pocos minutos después de las 8:00, con el paso de la Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos. El fin de la noche dio paso a la claridad del día, momento en el que las hermandades de la Macarena, los Gitanos y la Esperanza de Triana emprendieron el largo camino de vuelta. La Madrugada finalizó minutos antes de las 15:00 con la entrada en sus templos de las dos Esperanzas. La entrada de la Esperanza de Triana fue contemplada desde uno de los balcones de la hermandad por el ministro de Justicia, Rafael Catalá, que también vio la salida de la Macarena, que estaba acompañado por la presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que pertenece a esta cofradía.

Fueron casi 15 horas de procesiones desde la medianoche, cuando comenzó a salir la Hermandad de la Macarena.

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