Cofradias

Un rápido camino hacia los altares

  • En 1999 se inician los trámites a instancias de las hermanas de la Cruz

La rapidez con la que se ha desarrollado el proceso de beatificación de Madre María de la Purísima ha sorprendido a propios y extraños. Apenas han transcurrido 12 años desde su muerte. Una celeridad inusitada si se tiene en cuenta que otros beatos han tardado décadas en subir a los altares.

Madre María de la Purísima de la Cruz vivió rodeada de una gran fama de santidad que se vio acrecentada de manera superlativa desde el mismo día de su muerte. Numerosas personas, entre las que se encontraban sacerdotes, las propias hermanas de la Cruz y seglares en general apremiaron al Arzobispado de Sevilla a iniciar el proceso de beatificación de la que fuera séptima sucesora de Santa Ángela al frente del Instituto de las Hermanas de la Cruz. "Cuando murió mucha gente empezó a encomendarse a ella porque tenía esa fama de santa en vida. Numerosos fieles acudían a visitarla a la cripta y pedían una estampa", explica Teodoro León, vicepostulador de la causa y vicario general de la Archidiócesis. "Nos ha llamado mucho la atención la rapidez de todo el proceso", afirma el canónigo Luis Rueda, delegado diocesano para la beatificación. "Normalmente hay que esperar cinco años desde la muerte, pero su fama de santidad era tal y era tanta la insistencia de los sacerdotes, religiosos y seglares, que las hermanas de la Cruz decidieron solicitar al cardenal Amigo que elevara ante la Congregación de la Causa de los Santos una solicitud de dispensa para iniciar el proceso diocesano de beatificación". Era diciembre de 1999.

Tras iniciar los trámites, en el año 2001 se empieza a interrogar a los testigos que la habían tratado de manera más íntima. Se recabaron 47 testimonios orales y 271 escritos para poder probar su fama de santidad y corroborar que vivió las virtudes en modo heroico.

El 20 de febrero de 2004, tras comunicar la Congregación para las Causas de los Santos el Nihil Obstat el 13 de enero, se abre el proceso diocesano sobre la Vida, Virtudes y Fama de Santidad de Madre María de la Purísima de la Cruz en la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla. El 15 de noviembre de ese mismo año, tiene lugar la ceremonia de clausura. El 20 de enero de 2005, previo decreto del congreso ordinario de la Congregación para la Causa de los Santos, se procedió a la apertura oficial de las actas del proceso diocesano. El 4 de noviembre se abre el proceso sobre el presunto milagro atribuido a la intercesión de Madre María de la Purísima. Se cierra el 13 de febrero de 2006.

El 29 de septiembre de 2006, se presentó la Positio sobre la Vida, Virtudes y Fama de Santidad para que la estudiaran nueve teólogos. El 6 de junio de 2008, reunidos en Roma, en Congreso Especial sobre las Virtudes, emiten sus conclusiones. Los nueve votaron afirmativamente. El 2 de diciembre, la Sesión Plenaria de Cardenales, no puso ninguna objeción.

El 17 de enero de 2009, se emite el Decreto de Heroicidad, por el que es declarada venerable. El 2 de julio, los médicos de la Congregación para la Causa de los Santos concluyen que la curación de la niña Ana María Rodríguez Casado es "científicamente inexplicable". El 5 de diciembre, el Congreso Peculiar de los Consultores Teólogos dictamina que por unanimidad que se había producido un milagro obrado por Dios y atribuido a la Venerable María de la Purísima de la Cruz.

La Congregación Ordinaria de Cardenales y Obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, reunida el 2 de marzo de 2010, aprueba de manera unánime el milagro. El 27 de marzo, el Papa Benedicto XVI firma el Decreto del Milagro. Dos días después, Francisco Ortiz Gómez, entonces vicario general de la Archidiócesis de Sevilla, anuncia la ceremonia de beatificación.

Madre María de la Purísima será la segunda hermana de la Cruz que suba a los altares.

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