Eli garcía villalón

Libertad de horarios sí o no. Ésa es la cuestión. 2011 añadió un poco más de leña al fuego del debate de la mano de la Comunidad de Madrid. El Gobierno de Esperanza Aguirre decidió dar libertad absoluta a todos los establecimientos de la región para abrir a cualquier hora, todos los días del año e independientemente de su superficie.

Una medida que contentó a las grandes superficies, pero que no sentó nada bien en el seno del sector minorista ni entre los sindicatos. Una polémica ante la que Andalucía volvió a reiterar su posición: seguirá con el régimen actual sin plantearse a medio plazo la eliminación de los límites a los horarios.

En un contexto de crisis, en el que el comercio está pasando un verdadero calvario para mantenerse a flote y no sucumbir a la drástica caída del consumo, Madrid fue la encargada de abrir la caja de pandora. Dio luz verde a todos los establecimientos de la comunidad para abrir domingos y festivos apoyándose en que, con ello, contribuirá a estimular el crecimiento económico y a generar empleo. Una postura que, desde los sindicatos, se consideró un ataque frontal al pequeño comercio y un trato de favor a las grandes compañías. El argumento esgrimido no fue otro que la incapacidad de los minoristas, en su mayoría empresas familiares, para afrontar los gastos -económicos y de personal- que supondría abrir más horas y seguir siendo rentables. ¿La consecuencia inmediata? El cierre de locales y la pérdida de puestos de trabajo. Sin embargo, desde el Gobierno de Aguirre, que lo que pretende es que cada comerciante decida cuándo abrir en función de las preferencias de sus clientes, al igual que ocurre en la hostelería, el ocio o el turismo, se afirma que la supresión de toda restricción permitirá crear en torno a 20.500 nuevos empleos.

En medio de este choque de visiones, en Andalucía, al menos a corto plazo, no se atisban cambios en el horizonte. La Ley de Comercio Interior de la región establece la completa libertad horaria de apertura, los 365 días del año, para los establecimientos de hasta 300 metros. Sin embargo, los que superan esas dimensiones sólo pueden abrir 72 horas a lo largo de seis días de la semana, más ocho domingos y festivos en el conjunto del año. Un régimen que defienden a capa y espada desde diferentes ámbitos. De hecho, la Confederación Empresarial del Comercio de Andalucía (CECA) firmó en octubre de 2011 un manifiesto contra la liberalización total de horarios, junto a los sindicatos CCOO y UGT y a las tres principales asociaciones de consumidores y usuarios, lo que apunta a que la eliminación de límites en las aperturas es una cuestión que ni siquiera los propios ciudadanos han reivindicado.