El sabor de este risotto de langostinos no deja indiferente a nadie, combina ingredientes que entre sí consiguen una mezcla perfecta y al emplatarlo queda de maravilla en nuestra mesa
Las recetas de risotto nunca suelen fallar. Y es que esa textura cremosa, la combinación del queso con los ingredientes tan sabrosos que podemos añadir y que tenga como base el arroz nos hace que sea una apuesta segura en nuestra mesa.
Empezamos picando en trozos muy pequeños, las dos cebolletas peladas y un diente de ajo grande (o dos pequeños). Lo empezamos a pochar todo en una sartén de buena capacidad o cacerola en 4 cucharadas de aceite de oliva
En cuanto la cebolleta esté transparente será el momento de añadir el arroz para risotto de Scotti y tostarlo: a fuego medio-alto durante 4 o 5 minutos, sin dejar de remover.
Cuando comience a perder la opacidad y estar transparente, vertemos el vino blanco (unos 50 ml), aproximadamente la medida de un vaso de licor, y dejamos evaporar.
Cuando deje de oler a alcohol es el momento de bajar el fuego e incorporar con un cucharón el caldo de pescado, calentado previamente. Vamos añadiéndolo poco a poco y removiendo, dejamos que se cocine y vertemos más, así hasta que vayamos viendo como el arroz adquiere una textura cremosa.
Este proceso durará de 15 a 18 minutos. Salpimentamos, con cuidado porque al añadir el queso posteriormente, puede quedar demasiado salado.
Cuando apreciemos que el arroz esté en su punto, lo retiramos del fuego e incorporamos el queso parmigiano rallado, el mascarpone y dos cucharadas más de aceite de oliva, removemos bien para que se mezclen todos los ingredientes.
Tapamos y dejamos reposar un par de minutos, mientras salteamos las colas de langostinos en una sartén, vuelta y vuelta, para sellar sin que lleguen a secarse.
Emplatamos el risotto, lo podemos servir con ayuda de un molde y añadimos los langostinos por encima además de unas lascas de parmigiano para darle el toque final, espolvoreamos un poco de perejil picado al gusto y ¡a disfrutar!