El huevo, al contrario de lo que se pensaba anteriormente, es un alimento que debe formar parte de nuestra dieta diaria. Dentro de su alto valor nutricional hay que destacar que contiene proteínas de buena calidad, además de vitaminas A, D, E y K y minerales como el fósforo, el hierro, el zinc o el selenio.

Además, otro de sus puntos a favor es la versatilidad que presenta, ya que podemos cocinarlo de diferentes formas. Lo podemos cocer para, por ejemplo, añadirlo a nuestra ensalada, o prepararnos con ellos, y más alimentos, como por ejemplo, setas, espárragos o calabacines, un revuelto. 

Aunque igualmente es muy común comer los huevos a la plancha o fritos, pues así encantan tanto a los niños como a los adultos y es una manera de prepararlos que encajan perfectamente con otro tipo de platos, por ejemplo en los que predomina la carne o el pescado.

Sin embargo, en ocasiones no se dispone del tiempo (o de las ganas) para colocar la sartén en la vitro, añadir el aceite y cocinarlo sobre ella. Es por ello que podemos prepararlo de otra forma, con la que tardaremos apenas un minuto en obtener un huevo frito riquísimo. Solo necesitaremos, además del alimento, un poco de aceite y sal y el microondas.

Así puedes preparar un huevo frito en el microondas

Para preparar un huevo frito en cuestión de segundos, tan solo debemos, en un bol, verter un chorro de aceite y añadir el alimento, además de esparcir sobre él un poco de sal, tras romper su cáscara. A continuación lo introducimos en el microondas y tapamos el recipiente con un plato.

El tiempo que cocinaremos el huevo dependerá de la potencia de nuestro electrodoméstico. En Divina Cocina apuntan que debemos dejarlo unos 40 segundos a 800 W. Así conseguiremos que la yema esté líquida pero la clara haya cuajado bien. Con la práctica iremos averiguando los segundos exactos que debe estar nuestro alimento dentro del microondas, para que tenga el punto que deseamos.

Cuando finalice el tiempo que hayamos programado tan solo debemos, con cuidado, sacar el bol del microondas y retirar de él el huevo, para ponerlo en el plato en el que vayamos a consumirlo y disfrutar de su rico sabor, ya sea solo o con otros alimentos.

Es importante que al introducirlo en el microondas lo tapemos con un plato y no con la tapadera que solemos usar cuando calentamos alimentos en este electrodoméstico, pues es común que salpique algo de aceite, así que es mejor cubrir completamente el recipiente.

Otra clave es que el huevo que usemos esté lo más fresco posible. Para comprobarlo podemos introducirlo en un vaso de agua; debería hundirse inmediatamente. Si lo hace de manera lenta significa que caducará pronto y, si por el contrario, flota, no deberíamos consumirlo.