Todo a mitad de precio, descuentazos en tus favoritos, ofertas flash, ahorra a lo grande. Las llamadas de atención por el Black Friday se suceden. Los consumidores debe tomar decisiones en escaso margen de tiempo y las marcas bombardean de mensajes los teléfonos móviles, saturan los correos y engalanan sus escaparates. Toca vender...y dejarse convencer. Sin embargo, parece que no es oro todo lo que reluce. Detrás de esos altos porcentajes de descuentos que nos anuncian hay trucos que poco tienen que ver con el ahorro, según avisan desde la Organización de Consumidores y Usuarios. El 99% de las rebajas por el Black Friday no son reales, según la OCU. Y así explican el motivo. 

Esta tajante afirmación se sustenta en un estudio realizado durante el último mes con una amplísima variedad de productos y los precios ofrecidos al consumidor. 18.000 precios que se recogieron a finales de octubre y que, llegada la hora de la verdad, el Black Friday, se comparan para comprobar el descuento real que las marcas están ofreciendo a los consumidores. Y...¡oh! ¡Sorpresa! Donde se anuncian unos descuentos medios que superan el 20%, en realidad se enmascaran subidas del 3%.

Comparación de precios el último mes

Sí. Las rebajas del Black Friday esconden una subida media del 3% en los productos, según la OCU. El principal motivo es que los descuentos no se aplican sobre los precios más bajos, sin seguir la ley que establece que, en ofertas, rebajas y promociones, debe usarse como precio de referencia el más barato de los últimos 30 días. Y ni mucho menos ocurre así. Es más, la Organización de Consumidores y Usuarios asegura que no contentos con que ninguno de los 18.000 precios que han estudiado, sea más barato que el mínimo de los anteriores 30 días, uno de cada tres productos se ha podido comprar más barato en el último mes que en el Black Friday.

Uno de cada tres productos se ha podido comprar más barato en el último mes que en el Black Friday

Entre las denuncias de la OCU por los procedimientos irregulares de los comercios está el hecho de que colocan varias etiquetas a la vez sin que el consumidor sepa exactamente desde cuál de ellas parte el descuento, la proliferación de precios tachados o los descuentos colocados de forma sospechosa, a través de porcentaje o cantidad de dinero que ahora te ahorrarías sobre él, cuando en casi todos los casos esos precios están hinchados respecto a la realidad, lo que afecta directamente al ahorro que anuncian y al ahorro medio real, que termina distando muchísimo de las gangas que se publicitan a bombo y platillo.