Este es el truco más fácil para limpiar las sartenes y dejarlas relucientes sin esfuerzo
Tener nuestras sartenes en perfecto estado no es fácil, ya que la grasa, los restos de comida y el calor intenso las ensucian con el paso del tiempo. En concreto, la base de las sartenes es la zona que más sufre: suele ponerse negra y acumular grasa y suciedad difíciles de eliminar. Sin embargo, no tienes que tirar tus sartenes favoritas ni recurrir a productos muy caros para poder dejarlas como cuando las compraste. En el artículo de hoy veremos el truco definitivo para dejarlas como nuevas, utilizando ingredientes sencillos que seguramente ya tienes en casa.
Pero, ¿por qué las sartenes se ensucian tanto? Las sartenes acumulan suciedad debido en gran parte a los restos de grasa y aceite. Cuando cocinamos, los aceites tienden a salpicar y adherirse a la superficie de la sartén. Con el tiempo, esta grasa se quema y forma una capa difícil de eliminar.
Otro motivo por el que las sartenes se ensucian tanto son las altas temperaturas. El calor extremo del fuego, la vitrocerámica o la inducción contribuye a que los restos de alimentos y aceites se carbonicen, volviéndose casi permanentes.
Por último, el uso prolongado de las sartenes también puede causar que se deterioren con el tiempo y el uso.
El truco estrella para limpiar sartenes sin esfuerzo
Este truco, que se ha viralizado por la influencer culinaria Lynja Davis en sus videos, combina el uso de sal, bicarbonato de sodio, detergente para platos y vinagre blanco. Es efectivo, rápido y, lo mejor de todo, económico. ¡Sigue estos pasos y tus sartenes quedarán como nuevas!
¿Qué necesitas?
- Sal gruesa
- Bicarbonato de sodio
- Detergente líquido para platos
- Vinagre blanco (también conocido como vinagre de limpieza)
- Papel de cocina o servilletas de papel
- Estropajo suave o esponja no abrasiva
- Paño limpio
Pasos para limpiar tus sartenes
- Coloca la sartén boca abajo sobre una superficie estable, preferiblemente en el fregadero o sobre una bandeja para evitar derrames.
- Espolvorea sal gruesa sobre toda la base de la sartén y añade una cantidad generosa de bicarbonato de sodio encima. También deberás echarle un chorrito de detergente líquido para platos a la mezcla.
- Con un estropajo suave o una esponja, mezcla los ingredientes directamente sobre la superficie de la sartén, cubriendo toda la base con una pasta uniforme.
- Coloca una capa de papel decocina o servilletas sobre la mezcla, asegurándote de que cubra toda la base.
- Vierte vinagre blanco sobre el papel hasta que quede completamente mojado. Esto activará el bicarbonato y ayudará a disolver la suciedad.
- Deja actuar la mezcla durante al menos 15 minutos. Si la suciedad está muy incrustada, puedes aumentar el tiempo de reposo hasta 30 minutos.
- Quita el papel de cocina junto con la mezcla. Notarás que gran parte de la suciedad se ha desprendido fácilmente.
- Para quitar los restos que puedan quedar, frota la base con un estropajo suave. Evita utilizar materiales abrasivos que puedan dañar la sartén.
- Enjuaga la sartén con agua tibia y límpiala con un paño limpio. Déjala secar al aire antes de guardarla.
Si tienes un caso en el que tu sartén tiene manchas muy incrustadas que no se eliminan con este truco, puedes aplicar una segunda limpieza más intensiva, preparando una pasta con bicarbonato de sodio y una pequeña cantidad de vinagre blanco y aplicando esta pasta sobre las áreas más sucias y deja reposar durante 10 minutos.
Para casos extremos, utiliza un estropajo de alambre y frota suavemente para evitar rayar la sartén. Por último, lava la sartén como de costumbre con detergente líquido y agua. ¡Verás cómo desaparecen hasta las manchas más rebeldes!
Consejos para evitar la acumulación de suciedad
- Limpia inmediatamente después de usar
- Usa utensilios de madera o silicona.
- Evita temperaturas extremas.
- Aplica una capa de aceite.
El éxito de este truco está en la combinación de ingredientes. Para empezar, la sal gruesa actúa como un exfoliante suave que descompone las capas de grasa y suciedad sin dañar la sartén.
Por otro lado, el bicarbonato de sodio tiene propiedades abrasivas y desodorizantes que eliminan manchas y olores persistentes.
El detergente líquido descompone las grasas y facilita la limpieza de la suciedad y, por último, el vinagre blanco potencia la acción del bicarbonato y ayuda a disolver los residuos más resistentes gracias a su acidez natural.
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