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Rafael Morales | Presidente de GECA

"Los poderes públicos deben plantear una batería de medidas para rescatar al sector"

  • La asociación de gestores culturales que lidera celebra en Sevilla hasta el domingo el Congreso Andaluz, que reivindica que el Parlamento autonómico declare la cultura como bien esencial

Rafael Morales Astola, presidente de GECA, en los jardines del Monasterio de la Cartuja.

Rafael Morales Astola, presidente de GECA, en los jardines del Monasterio de la Cartuja. / José Angel García

Rafael Morales Astola es el presidente de la Asociación Andaluza de Profesionales de la Gestión Cultural (GECA), creada en 1998 para organizar al colectivo y dotarlo de un mayor reconocimiento profesional, académico y social. Desde este viernes los gestores culturales celebran en la Factoría Cultural de Sevilla un congreso que aspira a lograr una declaración de la cultura andaluza como bien esencial.

-Este foro de GECA quiere crear "las condiciones institucionales propicias para un rescate y renovación del sector cultural andaluz", según afirmó en su inauguración. ¿Sienten como colectivo que la cultura está siendo especialmente maltratatada en esta crisis sanitaria?

-Una vez más, la cultura ha sido el sector que primero sufre las consecuencias de una crisis y, normalmente, siempre hemos sido los últimos en ser considerados por los poderes públicos a la hora de las ayudas y medidas de rescate. En esta ocasión, hemos de reconocer que, gracias a las diferentes plataformas de unidad del sector, se ha logrado introducir la cultura en el debate político en el máximo nivel. De ahí que se diera algo histórico: una comparecencia conjunta de Hacienda y Cultura del gobierno de España para abordar la singularidad del sector de la cultura.

-Las restricciones han afectado especialmente a la actividad de cines, salas escénicas... que han demostrado, en cambio, ser espacios bastante seguros.

-Sí, porque el sector de la cultura es uno de los más concienciados y responsables a la hora de cumplir con las medidas de las autoridades sanitarias, en todo momento y en todo lugar, se trate de un equipamiento público o privado, de una programación cultural de un territorio o un evento producido por una promotora privada. El compromiso del sector de la cultura con la salud (física, mental, emocional y anímica) de las personas se demostró con creces durante el confinamiento, cuando entregó sus servicios y productos on line de manera altruista.

-¿Por qué la cultura debe ser un bien esencial al igual que la educación y la sanidad?

-La cultura es un elemento constituyente de lo humano, como bien dice mi profesor y amigo Manuel Ángel Vázquez Medel. Somos humanos porque somos cultura. La sanidad, para que rinda con eficacia y eficiencia, debe ser organizada por los profesionales. La educación exactamente igual. La cultura es exactamente igual a la sanidad y a la educación en este sentido. Y eso no quita una realidad incontestable: curar el cuerpo, educar a las personas y vivir la cultura es tarea de toda la ciudadanía.

"La cultura, como la sanidad y la educación, debe ser organizada por profesionales para rendir con eficacia y eficiencia"

-¿Puede crearse un marco jurídico integral para la cultura en Andalucía?

-Por supuesto, se puede, es deseable y es necesario. Y además urgente. La seguridad jurídica se obtiene de un marco legal que regule el campo de la cultura. Regular para que no se vulnere nunca más el derecho a la cultura; esos derechos culturales, que están recogidos de manera positiva en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, las Declaraciones de la Unesco que vinculan a los países firmantes, la Constitución Española y, en nuestro caso, el Estatuto de Autonomía de Andalucía.

-¿Qué modelos normativos os parecen más interesantes a la hora de crear ese marco legal?

-Sin duda alguna, la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 27.1, el artículo 44 de la Constitución Española y el artículo 68 del Estatuto de Andalucía, además de numerosos documentos vinculantes de la Unesco. Ha marcado un buen camino, a nivel autonómico, la Comunidad Foral de Navarra, con su Ley Foral de Derechos Culturales de 2019.

-¿Cuáles son los objetivos irrenunciables de este congreso?

-Queremos que el Congreso sea también un Observatorio de la Gestión Cultural en Andalucía, donde se recojan propuestas y soluciones concretas a la crisis de la pandemia y al futuro que nos espera. Queremos que la cultura sea declarada bien esencial por el Parlamento Andaluz, de manera que haya un compromiso formal e institucional con la esencialidad de la cultura. Y queremos que los poderes públicos, autonómico y local, de forma urgente, planteen una batería de medidas de rescate del sector, contando con él y con el Grupo de Rescate del Sector Andaluz, que integran más de 45 entidades profesionales y empresariales de la cultura en Andalucía.

-Vuestros asociados trabajan tanto en el sector público como en el privado. ¿Qué temores y esperanzas comparten en este delicado año de la pandemia?

-Hay dos visiones. Una pesimista: la tentación del abandono, de tirar la toalla, de sobrevivir en otro sector. Y otra esperanzada, que plantea seguir en la brecha, unirte a otras personas que están en tu misma situación y luchar para que la sociedad y los poderes públicos entiendan qué nos estamos jugando; un modelo de vida donde se alimenta la democracia, la libertad, los valores humanos y la felicidad.

"Es deseable, urgente y necesario que Andalucía se dote de un marco jurídico integral para la cultura"

-¿De qué modo los temas del congreso pueden acercarse a la agenda de los ayuntamientos, la Junta y al ciudadano de a pie?

-Publicaremos las Actas y llegarán a los medios y también a los ayuntamientos, Diputaciones, Junta de Andalucía, partidos, organizaciones empresariales, sindicatos, universidades…

-¿Cómo ha cambiado el consumo cultural por la pandemia?

-Ya estaba cambiando desde que irrumpieron las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Lo explica muy bien Baricco en su último ensayo, titulado The Game. La digitalización, el streaming, la reducción de públicos presenciales, van a tomar más cuerpo por necesidad. Pero no olvidemos que las artes en vivo necesitan del mundo físico, del encuentro físico entre personas. A eso jamás vamos a renunciar.

El presidente de la GECA horas antes de inaugurar el congreso. El presidente de la GECA horas antes de inaugurar el congreso.

El presidente de la GECA horas antes de inaugurar el congreso. / José Angel García

-Los museos andaluces también empiezan a darse cuenta de las posibilidades de internet para divulgar sus fondos y actividades ahora que no podemos visitarlos. ¿Cómo se están fortaleciendo vuestros socios ante esta nueva realidad?

-Internet es una herramienta. Las TIC son una herramienta. La cultura y las artes no son un instrumento. Nos hacen ser como somos, actuar como actuamos, sentir como sentimos y pensar como pensamos. La tecnología no debe suplantar el horizonte del nuevo humanismo que, quizá en ciernes, ya está aquí.

-¿Qué retos y oportunidades puede ofrecer la pandemia a los gestores culturales andaluces?

-Hay que decirlo claro. La pandemia ha ofrecido desolación en la sociedad, en las familias y, por supuesto, en nuestro sector. Ojalá ni hubiera ocurrido. Pero ya está aquí y hay que lidiar desde tres posiciones: militancia por la vida y la cultura y las artes, resistencia para reafirmar la necesidad de que la cultura como bien esencial nunca deje de formar parte de la vida individual y colectiva. Y resiliencia: sacar provecho, porque no cabe otra, de esta situación infernal, para que surja algo necesario, mejor y hermoso, además de justo. 

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