De libros

Un galardonado de gran "proyección internacional"

  • El acta del jurado define al autor como "admirablemente comprometido con su tiempo".

El jurado que ayer le concedió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras coincidió en destacar a Antonio Muñoz Molina como ejemplo de escritor "poliédrico" que asume "admirablemente la condición de intelectual comprometido con su tiempo". El acta, leída por el director de la Real Academia Española y presidente del jurado, Jose Manuel Blecua, elogió "la hondura y la brillantez con la que ha narrado fragmentos relevantes de la historia de su país, episodios cruciales del mundo contemporáneo y aspectos significativos de su experiencia personal".

Al galardón optaban 18 candidaturas procedentes de 11 países, entre ellas las de Luis Goytisolo, Francisco Brines y Haruki Murakami. Finalmente, Muñoz Molina se impuso en la última ronda de votaciones al irlandés John Banville. El autor de Sefarad o Pura alegría, académico de la Lengua y ex director del Instituto Cervantes de Nueva York, se unió de este modo a la selecta nómina de escritores españoles que han obtenido el galardón desde que fuera creado hace 33 años. En ella figuran, entre otros, Miguel Delibes, Gonzalo Torrente Ballester, Ángel González, Francisco Umbral, Carmen Martín Gaite, Claudio Rodríguez, José Angel Valente y José Hierro.

Amén del mencionado Blecua, Andrés Amorós, Luis María Anson, Xuan Bello, Amelia Castilla, Juan Cruz, Luis Alberto de Cuenca, José Luis García Martín, Álex Grijelmo, Rosa Navarro, Carme Riera, Fernando Rodríguez Lafuente, Fernando Sánchez Dragó, Diana Sorensen, Sergio Vila-Sanjuán y José Luis García Delgado, este último en calidad de secretario, componían el jurado que decidió premiar al escritor jiennense, cuya obra fue ayer celebrada con admiración por no pocas personalidades del mundo de las letras españolas.

"No es fácil encontrar intelectuales capaces de construir novelas de 900 páginas y, a la vez, ensayos sobre la historia del arte o libros sobre los problemas del mundo actual", defendió Blecua. Sánchez Dragó, por su parte, señaló que en las deliberaciones se produjo un consenso en torno a la necesidad de "romper la racha" que había llevado a que ningún autor en lengua española hubiera sido premiado en los últimos 13 años, "lo que obedecía a la necesidad de internacionalizar el premio". Al margen de sus valores literarios, "que nadie va a poner en duda", añadió, Muñoz Molina era el español "seguramente más conocido" fuera del país lo que "ha ayudado a que la balanza se inclinara a su favor".

Esa "mayor proyección internacional" fue destacada también por Luis Alberto de Cuenca. Para el poeta y antiguo secretario de Estado de Cultura, Muñoz Molina resulta un "excelente" galardonado al tratarse de un autor "que tiene todavía una vida por delante para escribir obras aún más relevantes pero con una trayectoria suficientemente sólida".

Otro miembro del jurado, el periodista Luis María Anson, dijo que el galardonado tiene "el reconocimiento general del mundo de las letras en España", y señaló que para él y para los otros dos académicos que integraban el jurado (Blecua y Riera) suponía "un problema" decantarse por alguno de sus compañeros en la RAE que optaban al galardón (Goytisolo y Brines). "Sólo Muñoz Molina llegó a la final, así que ha sido fácil", se congratuló.

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