La selección española ha madurado a pasos agigantados y en apenas una semana ha confirmado, ante dos potencias del fútbol mundial como Países Bajos y Francia, que la estrella dorada que luce en el pecho no ha sido ni mucho menos un golpe azaroso. Al compás del fútbol primoroso de la mejora jugadora del planeta, Aitana Bonmatí, baila un grupo de grandes jugadoras que despiertan la más ferviente admiración de la afición española. Laia Aleixandri ha sido la última en subirse a esa ola imparable.

Aitana Bonmatí | Por técnica y visión de juego, pero también por potencia

La mejor jugadora del mundo volvió a sobrevolar a todas con su visión de juego, su calidad excelsa en las conducciones y pases y con su instinto para irrumpir en el área para sorprender y asestar un golpe, como quedó plasmado en el primer gol, donde aprovechó el envenenado balón que le sirvió Olga Carmona desde la izquierda. Aitana Bonmatí es una gran suerte para los aficionados españoles al fútbol por su talento. Pero la barcelonista también marca las diferencias en el plano físico. La francesa Henry quiso secarla y nada pudo hacer ante la potencia de piernas de la española.

Laia Aleixandri | Emuló a la Tere Abelleira del Mundial con su mando en la zona ancha

Sobresaliente el partido que se marcó la centrocampista del Manchester City por delante de la defensa española. Apenas perdió balones, ganó casi todos los duelos y descargó el juego con rapidez y mucho criterio a sus compañeras más adelantadas. Si en el Mundial sorprendió el nivel de Tere Abelleira en esa posición, Aleixandri está dispuesta a seguir ese camino.

Irene Paredes | El contrapunto de seriedad y mando

Una de las claves de esta selección española que no para de hacer historia es la seguridad defensiva y el carácter que inspira al grupo Irene Paredes. Tiene el mando y el carisma de las grandes capitanas. Es la que da una voz más alta si hace falta y la que templa los ánimos con su facilidad para dar ese pase de salida desde atrás. Y por arriba, enorme.

Olga Carmona | La habilidad de irrumpir en el momento oportuno

La fina jugadora sevillana es un dechado de inteligencia sobre la hierba. Si no lo ve claro, asegura el pase atrás o a su derecha con precisión y calma. Pero como vea el pasillo abierto para ganar la línea de fondo, allá que se lanza al galope y explota ese mortífero golpeo de balón que atesora. Dio otro gol y salió del campo vitoreada por el público.