Ciclismo

Armstrong: "En 2005 fue la última vez que crucé la línea"

  • El que fuera heptacampeón del Tour de Francia admite ante Oprah Winfrey que se dopó en todas sus victorias en la ronda gala, aunque matiza que el doping era tan frecuente como "el agua en las botellas".

¿Tomó sustancias prohibidas? "Sí" ¿EPO? "Sí" ¿Transfusiones de sangre? "Sí" ¿Testosterona, hormona de crecimiento o cortisona? "Sí" ¿Lo hizo en todos y cada uno de los Tours de Francia que ganó? "Sí". En el primer minuto de la entrevista con Oprah Winfrey y con apenas cinco monosílabos, Lance Armstrong ya había dicho todo lo que había negado durante más de una década. El ex ciclista estadounidense de 41 años aseguró que lo hizo desde sus inicios en el ciclismo y hasta 2005 -cuando ganó su último Tour-, pero no a partir de su regreso en 2009. "En 2005 fue la última vez que crucé la línea".

Tras años de negaciones y mentiras, Armstrong, que ganó el Tour de Francia -la carrera más prestigiosa- de 1999 a 2005, confesó el doping en la entrevista grabada el lunes que se empezó a emitir este jueves y que continuará este viernes. La Usada (Agencia Antidoping de Estados Unidos) lo sancionó de por vida en octubre del año pasado y le fueron retirados los siete títulos del Tour. Este mismo jueves, el COI (Comité Olímpico Internacional) le pidió que devuelva la medalla de bronce lograda en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.  "Fueron mis decisiones, mis errores y lo siento", dijo Armstrong, que admitió que generó "una gran mentira que repetí muchas veces". "La historia fue perfecta durante mucho tiempo, una historia perfecta que no era real", agregó sincero. "Ahora la historia es mala y tóxica". "Me perdí en todo, en la fama, los fans, no pude manejarlo", aseguró sobre los motivos de mantener el secreto durante tanto tiempo. 

Aunque dijo que no quería justificarse, afirmó que "la cultura era la que era" en referencia a la extensión del doping en todo el pelotón. El doping era "como el aire en las ruedas y el agua en las botellas, parte del trabajo" Admitió que fue un "matón", un "abusón", como lo acusó la Usada. "Lo fui toda mi vida. Crecimos como luchadores, siempre fui un luchador y mi madre también", dijo sobre su infancia sin padre. "Y soy muy competitivo". "¿Haría cualquier cosa para ganar?", le preguntó Winfrey, incisiva siempre tras recordar de inicio que no había límites y que sería una entrevista "a campo abierto". "Básicamente", respondió Armstrong.

"Durante mi enfermedad (superó un cáncer de testículos) hice todo para sobrevivir y eso es bueno. Luego el ganar a toda costa lo llevé al ciclismo y eso es malo. Quería perpetuar la historia". "Esta es la segunda vez en mi vida que no controlo el resultado", dijo, siendo el cáncer la primera. No tenía dudas sobre la bicicleta: "Sabía que iba a ganar en los siete Tours".

Se negó a acusar a nadie, ni siquiera al polémico doctor Michele Ferrari. "No me siento cómodo hablando de los demás". "Las respuestas en casi todo serían diferentes", dijo enfrentado a sus negaciones de doping en 2005 ante autoridades federales. Calificó su comportamiento como "temerario" y que fue un "arrogante", y aceptó que merece lo que le está pasando. La culpa: "El despiadado deseo de ganar a toda costa". "No sentía que hiciera nada malo. Da miedo, ¿eh? No me siento mal. Da más miedo, ¿no? No sentía que mintiera. Aún da más miedo", admitió sobre cómo se sentía aquel entonces. "Engañar es ganar ventaja, no siento que eso fuera así", argumentó su sensación de que muchos otros también lo hacían.

"He empezado a entenderlo ahora, veo el enfado de la gente, la traición y decepción en la gente que me apoyó, que me creía, que creía en mí. Tienen razón en sentirse traicionados y es mi error, pasaré el resto de mi vida intentando recuperar la confianza y pidiendo disculpas", aseguró. "Soy más feliz hoy de lo que lo era entonces, de lo que lo era ayer", dijo aliviado con la confesión y antes de negar que la polémica donación económica a la UCI (Unión Cilista Internacional) fuera para encubrirle. "Me pidieron la donación. Tenía dinero y la hice", explicó. Aunque admitió no ser el mejor amigo de la UCI, negó que le encubrieran.

 "Nunca di positivo en un control", dijo, aunque matizó que sí en aquellos de su orina de 1999 analizados a posteriori, cuando hubo controles que detectaban la EPO, invisible durante su primer triunfo en el Tour. "Los otros cientos de controles los pasé porque no había nada en mi sistema", señaló, aduciendo que el doping se realizaba en los periodos entre competiciones. Pidió disculpas a varias de las personas que la acusaron durante todo este tiempo y reveló una reciente charla de 40 minutos con Franckie y Betsy Andreu, su ex compañero y su esposa, respectivamente. Betsy contó que en un hospital de Indiana Armstrong le confesó haber tomado sustancias prohibidas. El ex ciclista la fustigó por ello durante años.

Aseguró arrepentirse de haber regresado al ciclismo en 2009. De no haber vuelto consideró que habría habido "más posibilidades" de que su "mentira" hubiera perdurado. "Estoy sentado aquí por dos años de investigaciones", afirmó sobre las pesquisas de la Usada, que continuó aun cuando el Departamento de Justicia rechazó una investigación propia. Por último se mostró dispuesto a ayudar a limpiar el ciclismo. "Lo amo, sé que no respeté las normas, fue mi elección. No voy a decir desde una plataforma moral Vamos a limpiar el ciclismo. No tengo crédito para ello. Pero si hay una comisión de reconciliación y si me invitan, seré el primero".

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