¿Aburrimiento? ¿Falta de ruido? El Gran Premio de Bahréin enterró, de momento, el furioso debate sobre la calidad de las carreras tras la implantación del nuevo reglamento. "Fue un show para el deporte", señaló Nico Rosberg, que mantuvo el liderato del Mundial después de cruzar la meta en segundo lugar tras su compañero en Mercedes, Lewis Hamilton, que añadió: "Fue una verdadera carrera para pilotos".

El duelo que mantuvieron en cabeza los Mercedes y los múltiples adelantamientos que se vieron en el pelotón de atrás llegaron justo cuando las dudas estaban metiendo a la Fórmula 1 en una crisis de identidad. "Ofrecimos un megashow aun sin arriesgar los coches: no puede haber una publicidad mejor para la Fórmula 1", señaló el jefe de deportes de motor de la fábrica alemana, Toto Wolff.

A pesar de todo, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) se reunirá el viernes en Marrakech para debatir posibles cambios en el reglamento, después de que hubiera muchas quejas por el escaso ruido de los motores turbo y por el nuevo límite de gasolina, aunque por lo visto hasta ahora los cambios no harán que el Mundial sea cosa de dos: Rosberg y Hamilton. Nadie puede dudar ya de Mercedes, la escudería a batir por todos según demostraron los primeros tres Grandes Premios de la temporada: tres victorias, dos dobletes, cinco podios y una sensación de superioridad irrefutable.

Incluso el alemán Sebastian Vettel cree que Red Bull deberá mejorar mucho si quiere cazar a los Mercedes. "Nos cuesta mucho adelantar a los rivales. Tenemos un gran trabajo por delante". Esta semana en Bahréin se disputarán los primeros test dentro de la temporada. Más que Red Bull tendrá que mejorar Ferrari: "En los tests trabajaremos día y noche, 24 horas", prometió Fernando Alonso tras quedar noveno. El asturiano pidió "paciencia" a sus aficionados, aunque fue claro con sólo tres carreras disputadas: "El campeonato se está escapando".