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El Barcelona 'humaniza' a Mourinho

  • El portugués pierde su protagonismo y su equipo sale dolido del Camp Nou.

José Mourinho perdió su aura de invulnerabilidad con la humillación sufrida ayer por el Real Madrid en el clásico y la afición blanca se fue a dormir con un silencio de rendición.

El clásico dejó heridas muy grandes en el Real Madrid, que sufrió la primera derrota y la mayor goleada de la era Mourinho tras caer por un explícito 5-0. El técnico portugués nunca encajó ese resultado en sus 464 partidos dirigidos.

Hasta ahora Mourinho disfrutó de las máximas reverencias de su directiva y de la prensa madrileña, aplaudiendo su destreza para darle al Real Madrid un estilo ganador en apenas unos meses. Pero el Barcelona devolvió al equipo blanco a la realidad: la diferencia entre ambos equipos es de cinco goles. "Manotazo a Mou", tituló la edición digital de As, en alusión a los cinco goles recibidos. Y Marca, el periódico más elogioso con Mourinho, tituló de forma parecida: "Bofetón al Real Madrid".

Mourinho cumplió su promesa y puso el equipo que tantos réditos le dio esta temporada, salvo la incorporación de Karim Benzema en lugar del lesionado Gonzalo Higuaín. Pero sus jugadores no se posicionaron igual.

Lo más llamativo fue la posición del argentino Ángel di María, que comenzó el encuentro casi de lateral izquierdo. Recordó al Samuel Eto'o de la época del Inter, cuando puso al delantero camerunés a perseguir jugadores del Barcelona. El Real Madrid no se pareció en nada a lo que Mourinho pretende de sus equipos: fue blando en defensa, no presionó, no sacó contraataques, no demostró hambre... Y tampoco Mourinho fue el mismo de siempre: apenas salió del banquillo, no se mostró activo, no se sintió protagonista.

"Sal del banquillo, Mourinho, sal del banquillo", le gritó la afición del Barcelona. Pero el portugués se quedó sentado todo el encuentro. De hecho, Josep Guardiola, el técnico del Barcelona, fue más Mourinho que el propio entrenador del Real Madrid. Protagonizó un incidente con Cristiano Ronaldo y presionó al árbitro todo lo que pudo.

Finalmente, los fichajes de Mourinho también quedaron bajo sospecha. El clásico pasó por encima de futbolistas como Özil, Khedira, Di María o Ricardo Carvalho. Todos ellos quedaron sepultados bajo la apisonadora barcelonista. Como testimonio final de la impotencia blanca quedó la tarjeta roja directa sufrida por Sergio Ramos tras una brutal agresión a Lionel Messi.

El Real Madrid cayó hace un año por 1-0 en el campo del Barcelona con el chileno Manuel Pellegrini en el banquillo. Una temporada después el Real Madrid se llevó cuatro tantos más y una sensación de baile que entonces no tuvo.

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