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Beitia, en la encrucijada

  • Las opciones de medalla del equipo español se antojan escasas

Ruth Beitia, en el Meeting de Madrid del mes pasado.

Ruth Beitia, en el Meeting de Madrid del mes pasado. / Kiko Huesca / efe

Cuatro años después de sufrir en los Juegos de Londres una decepción que la llevó a emprender un adiós del que felizmente se desdijo, Ruth Beitia, la mejor atleta española de todos los tiempos, se enfrenta, otra vez en la capital británica, a los que serán sus octavos y, probablemente, últimos Mundiales.

La capitana del equipo español, campeona olímpica y tres veces de Europa, barrunta, a sus 38 años, el adiós definitivo aunque se niegue a proclamarlo. "Estoy bien de ánimos y a la pregunta de si me gustaría despedirme de los Mundiales junto con Usain Bolt, la respuesta es no", avisó. Pero su cuerpo, erosionado a lo largo de 28 años de competición, empieza a emitir señales inequívocas de agotamiento.

A mediados de junio pasado, la cántabra resolvió dejar de competir para "resetear el cuerpo" y recuperarse por completo de "un año de locura", el que vivió en 2016 con el título europeo, el olímpico y el de la Diamond League.

La rodilla, la cadera, el hombro. Los achaques físicos amenazaban con extenderse a todo el cuerpo. Paró de competir, no de entrenar, y cuando volvió experimentó una mejora, pero llega a Londres con una modesta marca de 1,94, relegada al puesto 12 del ranking mundial, a años luz de la rusa Marisa Lasitskene, que acapara los 12 mejores saltos de la temporada (el mejor, 2,06).

Beitia confiaba en recuperar el equilibrio entre cuerpo y mente para llegar a Londres con garantías, pero las marcas no le acompañan. Por eso, es posible, como reconoció el presidente de la Federación Española, Raúl Chapado, que el día de su retirada no esté lejano.

Pero en Londres no se le puede exigir nada. "Nos ha dado tanto: 15 medallas internacionales, campeona olímpica, tres veces de Europa. Nos ha defendido tantas veces y tan bien dentro y fuera de la pista, que el día en que decida retirarse lo único que podemos decirle es gracias", declaró Chapado.

Bajo la capitanía de Ruth Beitia, España concurre a los Mundiales con un equipo largo, de 55 atletas (34 hombres y 21 mujeres), el tercero más numeroso en la historia de los campeonatos, tras las ediciones de Sevilla 1999 (74) y Tokio 1991 (59).

En la edición anterior -Pekín 2015-, el atletismo español logró una sola medalla, pero de oro, gracias a Miguel Ángel López. Pero el murciano falló el año pasado en los Juegos de Río y éste no termina de coger la forma.

La tercera opción, el subcampeón olímpico de 110 metros vallas Orlando Ortega, tampoco alcanza las prestaciones del año olímpico, y llega a Londres noveno del ranking mundial.

"El atletismo español vive una situación bipolar. Llevamos un equipo numeroso y en buena forma, con atletas que han hecho grandes registros, pero en relación con las medallas, va a ser un campeonato complicado", reconoció Chapado.

Desde su creación en Helsinki 1983, España no ha faltado ninguna vez a la cita con el podio en los Mundiales. Ésta podría ser la primera, curiosamente en una temporada en que se multiplican los éxitos, europeos y mundiales, en categorías menores.

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