El Sevilla encara las dos semanas decisivas del campeonato liguero, sobre todo esta primera con el duelo en Santander de mañana y el derbi del domingo a las 21:00, con bastantes dudas por su pobre juego de las últimas jornadas, pero con la certeza de que, visto como anda el equipo en aspectos tan importantes como el físico, jugar con un solo hombre en punta es más que beneficioso. Y los números corroboran esta afirmación. Hasta en cuatro ocasiones se ha decidido Jiménez por colocar un sistema parecido al 4-1-4-1 en Liga, y en tres de ellas la moneda salió cara (Villarreal, Mallorca y Valladolid), mientras que en Murcia se igualó en un partido muy feo y brusco.

Durante los dos años y algunos meses que el anterior entrenador del Sevilla estuvo al frente, la tónica más habitual fue jugar con dos delanteros, aunque nunca rehuyó a la posibilidad de colocar un hombre algo más retrasado, siendo Renato el más utilizado -Jesús Navas también jugó como segundo punta un derbi en Heliópolis-. Nuevamente ha sido el brasileño el jugador, el que con sus goles, le ha dado la razón al entrenador nervionense para buscarle un hueco en el once inicial. Pero no sólo por el rendimiento goleador de Renato es beneficioso este sistema de juego. La sombra de jugar con dos delanteros, por los éxitos conseguidos con esta forma de hacerlo, es muy alargada. Pero, en contra, exige una preparación física y un alto rendimiento de los centrales y los centrocampistas. Y el Sevilla no anda, a estas alturas de campeonato, muy sobrado de gasolina y su centro de la defensa ha sido uno de los puntos débiles a lo largo del ejercicio.

El otro punto relevante jugando con un futbolista justo por delante de la defensa y dos algo más adelantados para dejar un solo ariete es la fortaleza defensiva, ésa que se echa tanto de menos por Nervión. De los cuatro encuentros anteriormente citados, tres de ellos acabaron con la meta de Palop a cero, circunstancia nada habitual en este equipo este año. Sólo el Mallorca fue capaz de perforar su portería, aunque el resultado final favoreció los intereses del conjunto blanco.

El propio Jiménez ha reconocido después de los partidos que es una forma de jugar que le gusta. Piensa que a su equipo no le resta llegada a la portería rival, e incluso, en algunos casos la aumenta. Esto afirmó después de vencer al Villarreal en el Sánchez-Pizjuán, en uno de los choques más brillantes del Sevilla en Liga. Éste fue el primer día que el técnico de Arahal apostaba abiertamente por este sistema de juego, con Fazio por delante de los centrales -el mejor jugador del plantel para desempeñar esta función- y Keita y Renato como escuderos de Luis Fabiano. La misma pócima utilizó en la difícil visita a Palma, aunque en esta ocasión fue con Kanoute sobre la hierba cuando se vio a un equipo más peligroso.

Y encima su propio experimento le explotó en la cara frente al Almería. Algunas voces críticas venían reclamando que el estilo del Sevilla era el de jugar con dos delanteros, ya que posee una de las parejas más poderosas de Europa. Pero un simple equipo ordenado como el Almería le sacó los colores a todo un Sevilla en su estadio. Toda una lección y un aviso. Este equipo necesita estar más arropado e ir madurando el encuentro hasta que se le pone de cara. Y a partir de ahí, nadar y guardar la ropa. Con la pólvora que tiene el conjunto sevillista arriba, el golpe de gracia puede llegar en cualquier momento.

Hasta el empate ante el Murcia sirve como ejemplo de esta teoría. En cuanto Jiménez retiró a Poulsen del campo -jugador que ejercía las funciones del típico 5 argentino- el equipo mostró una cara mucho más negativa. Contra el Valladolid, una prueba más, no se vio un gran espectáculo, pero a estas alturas sólo importan los puntos. Ahora toca viajar hoy a Santander. ¿Se atreverá Jiménez a seguir su instinto?