¿Si a dos equipos les basta con empatar para salvarse, por qué arriesgarse a perder y bajar? La última jornada de la Primera División de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) dilucidará qué equipo acompaña al Levante a Segunda Division. En la lucha están metidos el Betis Futsal, Osasuna y UMA Antequera, que no depende de sí mismo para salvarse. Sí el conjunto sevillano, que precisamente visita al navarro valiéndose el empate a ambos para sellar la permanencia.
Desde Málaga ya se habla de temor a un amaño. Pero entre amañar un partido y no arriesgar porque un empate le vale a los dos equipos hay un mundo. Y ahí está el debate. ¿Acaso no es lícito no poner en riesgo un posible descenso cuando un empate te sirve para quedarte en la máxima categoría?
Está claro que la categoría no se pierde por un partido y que en caso de que el cuadro malagueño baje no podrá mirar en exclusiva al Osasuna-Betis de este sábado (18:30) y sí a las 29 jornadas anteriores. En la última disputada, ganaba al Betis por 0-3 dando un paso importante para la salvación y se dejó empatar en la recta final (3-3). Dicho esto, el Antequera recibe en su cancha a un Ribera Navarra que no se juega nada y que, posiblemente, jugará con menor intensidad que su rival por tener ya los deberes hechos. ¿Eso es un amaño? No.
Como tampoco se puede apuntar a Betis y Osasuna si arriesgan menos de lo normal en un partido en el que el reparto de puntos les vale a ambos. No sería la primera vez que esto ocurre en el deporte. Ni será la última. Pero no hay duda que la línea entre el amaño y no ser tonto no es fina. Al contrario. La línea es lo suficientemente gruesa como para entender la diferencia entre el amaño y se consciente de que el empate vale a los dos equipos. ¿Qué pasa si alguno arriesga y encaja un gol a pocos segundos del final? En Málaga estarían encantados, pero ni aficionados béticos ni osasunistas entenderían cómo valiéndole la igualada a su equipo alguno ha arriesgado más de lo necesario.
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