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Un Betis a puerta cerrada

  • No mostró fútbol ni carácter y la lectura desde el banquillo fue errónea

La victoria ante el Málaga adquirió anoche una importancia vital para el Betis, después del horror de partido que firmó el conjunto verdiblanco en Anoeta, donde la Real Sociedad sacó a la luz las carencias de los heliopolitanos. Sobre todo porque, otro año más, el Betis carece de un cerebro, de un organizador que ponga fútbol, pausa, haga cambios de ritmo, meta ese último pase... Y si a eso se le suma que Poyet quitó el gol del campo, con los cambios de Joaquín y Rubén Castro -que juegue en la izquierda quedó claro, otra vez, que debe ser un recurso y no algo habitual-, el resultado es que el aficionado bético no vio anoche nada positivo de su equipo, que estuvo plano, no tuvo el control del juego, estuvo flojo en defensa... Como si el Betis hubiera jugado a puerta cerrada.

Defensa

Viendo el nivel de la defensa del Betis frente a la Real, la conclusión es que Donk merece la oportunidad de ser titular. Willian José se sintió siempre muy cómodo ante una zaga que fue reculando cada vez más como quedó reflejado en el gol de Carlos Vela. Tampoco los laterales estuvieron acertados, ni en defensa ni en ataque, aunque por el costado de Piccini encontró Héctor Hernández un filón por el que percutir constantemente. Y si la defensa tampoco tiene por delante un centro del campo consistente, el panorama se le complica más al Betis. Illarramendi, Zurutuza, Xabi Prieto y Carlos Vela se movieron con facilidad por la medular de un equipo verdiblanco incapaz de generar fútbol, muy endeble, sin un referente, sin nadie para tener el control... Y es que con los mimbres que hay es imposible que el equipo bético cree fútbol, porque salvo Ceballos, a ratitos, el resto de los centrocampistas no tienen el perfil de un organizador que dote de calidad al centro del campo.

Ataque

Las ocasiones más claras fueron para el cuadro donostiarra. Sólo algo de Rubén y Álex Alegría le permitieron al Betis intimidar algo a Rulli, pues el meta de los guipuzcoanos vivió muy tranquilo toda la segunda parte. Tampoco fue el día de Joaquín y salvo el voluntarioso Musonda en alguna acción aislada los recambios del banquillo ofrecieron una aportación muy floja -era un partido para que se hubiera notado la mano del entrenador cuando estaba el choque igualado-. ¿Quería presionar el Betis y salir al contraataque o tener el balón y generar fútbol? Poco definido el plan de Poyet ante una Real Sociedad que sí generó más fútbol y siempre dio la sensación de ir a por el partido ante un Betis que tampoco tuvo la intensidad de otros encuentros, que ofreció un fútbol muy pobre y que acabó cosechando una derrota que le hace mirar con otros ojos al compromiso frente al Real Madrid.

Virtudes

No faltó la voluntad.

Talón de aquiles

Si al poco fútbol se le une una bajada de intensidad, la mediocridad sale a la luz en el Betis.

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