LaLiga | La Pelota de Papel

Cortarse los brazos, la única solución

  • Los defensas de la Liga no saben ya qué hacer con las manos en el área para evitar un penalti seguro.

  • En España se han pitado así 30 penas máximas en 26 jornadas; en la Premier, 7 en 28.

La Pelota de Papel

La Pelota de Papel / Departamento Infografía.

Los defensas de la Liga española no saben qué hacer con las manos. Las decisiones de árbitros y asistentes de videoarbitraje y su particular interpretación de las mismas han convertido la norma de las manos en un galimatías de difícil solución. Un dato para ilustrar a lo que se ha llegado en el campeonato español desde la implantación del VAR y su modus operandi en esta temporada lo ofrecía ayer la Cadena Cope: en 26 jornadas disputadas en España se han pitado 30 penaltis por manos, más del triple que en la Premier League. En Inglaterra, según este dato, sólo se han señalado 7 penas máximas por esta circunstancia con dos jornadas más disputadas, un total de 28.

El pasado verano tras las charlas que los árbitros ofrecían a los equipos de LaLiga Santander y tras las circulares que el Comité Técnico de Árbitros enviaba a los delegados de todos los clubes, todo el mundo lo entendió. Las manos, fuesen dentro del área o fuera, se castigarían en caso de una posición antinatural de las mismas. Se eliminaba el criterio de involuntariedad y más o menos quedaba claro. Ejemplo; el salto con los brazos extendidos hacia arriba de Gerard Piqué con la selección española en el Mundial ante Rusia: penalti claro.

Pero los criterios se han modificado y los árbitros no han comunicado nada de forma oficial. Por tanto, el futbolista no sabe a qué atenerse o se guía por las experiencias anteriores, en las que en España se han pitado manos pegadas al tronco e incluso con el gesto del jugador de esconderlas por detrás del cuerpo.

Premio a la puntería

Los dos ejemplos de la jornada que se disputó el pasado fin de semana añaden más insensatez a la situación creada. Medié Jiménez, a instancias de su asistente de VAR, Gil Manzano, castigó con dos penaltis dos manos en el área del Villarreal en su duelo con el Athletic, las dos discutibles, porque una fue con el jugador de espaldas, sin poder ver el balón y el remate del rival, pero particularmente escandalosa fue la primera pena máxima señalada a Pau Torres, que puso las manos en la espalda para evitar la infracción en su intento de bloquear un disparo de Iñaki Williams y, con los brazos pegados al cuerpo y las manos atrás, el balón le golpeó en el codo. La ejecución, de Raúl García, le costó el partido al equipo amarillo y añade más crispación contra el estamento arbitral y su extraño criterio.

También en el Ramón Sánchez-Pizjuán se unió a la lista de penaltis esperpénticos de la presente Liga el balón que le rebotó a Escudero con las manos pegadas al cuerpo al bloquear un centro desde el vértice del área de Roberto Torres en el Sevilla-Osasuna. El árbitro, el madrileño Del Cerro Grande, consultó con su asistente en la sala de videoarbitraje, Iglesias Villanueva, y castigó con lanzamiento desde los once metros el contacto del balón con las manos del lateral vallisoletano ante el asombro de todo el estadio.

En este punto, podemos llegar a la conclusión de que nada de lo que dijeron los árbitros en pretemporada tiene ya vigor. Definitivamente, los defensas no pueden cortarse los brazos y están limitados por sus movimientos, a veces para estabilizarse y a veces ni siquiera para ello, pues escondiendo incluso las extremidades son víctima del pecado, en este caso manual.

Los árbitros, por así decirlo, están premiando con este criterio la puntería del delantero más que castigando al infractor. En este caso la picaresca ya lleva a algunos atacantes a “tirar a dar” en la mano antes que disparar a puerta. Hay más posibilidades de acierto, sin duda alguna.

Agravios

Pero esto no es todo. También están los volantazos de la interpretación de la norma según sean los actores de cada acción. Hemos visto distintos criterios de la misma jugada cuando están involucrados equipos como el Barcelona o el Real Madrid, nada que ver con lo ocurrido con otros equipos. El bloqueo que le hicieron a un defensa del equipo merengue en un córner anuló un gol legal al Sevilla y ese mismo gesto de parar al rematador con el cuerpo no fue sancionado en otro partido al cometerlo Sergio Ramos.

Las manos en el área es una ruleta rusa para los defensas, quienes ni escondiéndolas detrás del cuerpo se libran del penalti.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios