Cruzar el Atlántico, el siguiente paso

No hay duda de que Miguel Ángel Arroyo (Sevilla, 1999) tiene delante uno de los puntos de inflexión de su todavía breve carrera en la natación. El próximo 19 de agosto marchará a Estados Unidos, con todo lo que ello conlleva. Lo hace gracias a una beca deportiva, pero es consciente de que el cambio de escenario no va a ser fácil.

“Más que miedo, me da respeto”, apunta él. Unos meses atrás, una empresa especializada en llevar nadadores a Norteamérica se puso en contacto con él. Después de estudiar distintas alternativas, eligió la Universidad de Tiffin, en Ohio. Aunque tiene “muchísimas ganas”, reconoce que una vez que cruce el Atlántico, todo va a ser nuevo para él.

“Voy a tener un sistema de entrenamiento nuevo y voy a tener que cambiar de carrera, porque allí no hay odontología”, explica Miguel Ángel, que tendrá que cursar asignaturas de dos carreras distintas el próximo curso.

Sin embargo, a este joven sevillano le tranquiliza la manera en la que los centros estadounidenses tratan al deportista.

“Allí es más fácil, porque allí el equipo forma parte de la propia universidad”, comenta. En España, en muchas ocasiones, le ha costado compatibilizar sus estudios con su riguroso volumen de entrenamientos, sobre todo en el que ha sido su primer curso universitario. “Este año me ha resultado bastante difícil llevar la carrera adelante”, dice. No obstante, asegura que “quien quiere, puede” y que es una cuestión de rutinas.

Miguel Ángel comenzó a nadar hace unos escasos cinco años. “Yo vivía en Sevilla Este y empecé con un club que tenía una especie de convenio con el Mairena”, dice refiriéndose al Club Nudión, que aún sigue ligado a la entidad aljarafeña. Poco después, su familia se trasladó a Mairena y se integró de pleno en el equipo.

Y con el tiempo empezaron a llegar los resultados. Su último gran éxito se produjo hace apenas un mes, cuando consiguió una medalla de plata en la prueba de 100 mariposa del mitin de Oporto, al que acudió con la Federación Andaluza. “Yo iba con expectativas, aunque no era un campeonato que habíamos preparado demasiado”, puntualiza.

Sí que preparó a conciencia el que fue su primer Campeonato de España absoluto, que se celebró precisamente en Mairena del Aljarafe. Cree que el que la localidad acoja una competición de tal calibre “tiene que ser un orgullo para todos”.

Entre otros resultados, Miguel Ángel logró una segunda plaza en la final B de 200 mariposa. Y su club, el CN Mairena, acabó tercero en la clasificación general masculina, algo que nunca había logrado en un campeonato nacional absoluto.

Detalla que la clave en competiciones cortas es “está en el descanso y en la comida, pero sobre todo en la confianza que uno tiene”. Cuando se le pregunta por un referente, Miguel Ángel barre para casa y señala a su compañero Álvaro López (1992). “Hablo con él desde chico y siempre me da consejos y demás”, explica.

Ahora ultima detalles antes de volar a Estados Unidos, algo que para él no es una simple experiencia vital. “Yo quiero ampliar mi carrera deportiva, por eso he apostado por irme a EEUU. Quiero seguir con esto” , lanza.

Más didáctica es la perspectiva de sus padres. “Ellos al principio no se lo creían mucho. Pero están muy ilusionados y creen que va a ser una experiencia que me va a ayudar en todos los aspectos”, concluye.