Unai Emery sabe lo muchísimo que se juegan él y su equipo por mucho que el sevillismo esté ya un poco harto de toda la temporada y no entienda como decisivo quedar noveno o décimo. El técnico lo entiende sin sentimentalismos, desde el realismo puro.

"Tenemos que centrarnos en las realidades -explicó Emery-, porque no es lo mismo terminar dando una buena imagen, que dando una mala imagen; dándolo todo, o no; ganando o no ganando; con el noveno puesto o sin el noveno puesto. La importancia se multiplica hasta convertirlo en un partido decisivo y somos conscientes. En nuestro estadio el equipo ha dado un nivel muy alto de intención y ejecución, a excepción de dos derrotas injustas. Y tenemos que despejar las dudas", reconoce el propio entrenador, que le dio trascendencia al adiós de Palop. "Se conjuga todo, a lo que se añade que es el último día de Andrés Palop en el Sánchez-Pizjuán. Todas esas emociones se conjugan con la necesidad imperiosa de ganar a un rival que tiene la misma necesidad, a no ser que en otros estadios se demuestre lo contrario".

El técnico no desveló si pondrá a Palop de titular: "En mi primer partido, él fue titular. Salió de ella por una lesión y, cuando volvió, Beto estaba a un buen nivel. Nunca he considerado que no tenía posibilidades de jugar. Y si lo hace mañana es porque su rendimiento ha sido bueno y porque siempre ha tenido opciones. Pero su mejor despedida será conseguir una victoria, como él nos ha dicho".