Deportes

Diálogo, risas y complicidad, las señas de Álvarez

  • El vestuario agradece el nuevo estilo con alegría, algo en lo que también influye el último triunfo

El optimismo se ha instalado en el vestuario del Sevilla. Han bastado diez sesiones de entrenamiento desde que Antonio Álvarez se hiciera con el equipo justo antes de Semana Santa, para que los jugadores hayan empezado a agradecer las nuevas señas de identidad de su nuevo preparador. Claro que también influye mucho, muchísimo, el 3-0 logrado por el Sevilla ante el Tenerife el Sábado Santo. Sin esa victoria quizás no se vieran tantas señales de este aire fresco, de esa alegría y esa confianza en la que ponen el acento los profesionales de la primera plantilla a poco que se les pregunte cómo están.

La era Jiménez queda muy atrás ya y es lógico que, tras la pésima racha que acabó con el arahalense, en el vestuario se respire de otra forma. Es la ley, justa o injusta, del fútbol, ese caprichoso deporte en el que tanto importan los detalles.

En el haber de Álvarez destacan algunos de estos pequeños detalles. En los entrenamientos hay mucho diálogo entre el primer técnico, sus ayudantes y los jugadores. Y también existe la complicidad necesaria para que el trabajo no se haga más pesado de la cuenta. La seriedad, que la hay, está tamizada por el carácter bromista y tranquilo de Álvarez. Ayer, por ejemplo, Diego Capel estaba distraído mientras el técnico hablaba: "Diego, ¿qué he dicho? Te pones a hablar y no te enteras". Kanoute interrumpió: "Castigado dos semanas". "¿Ves? Fredy sí se entera". No es que antes no hubiera bromas, ni risas, ni diálogo, pero si todos se empeñan en destacar este nuevo ambiente de distensión...

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios