Engrandeciéndose a base de golpes

A punto de cumplir 16 años, Antonio Leo Aparicio (22 de marzo de 1993) ya puede presumir de un currículum envidiable. Este joven de La Puebla del Río está escribiendo con letras de oro el libro de sus primeros pasos en el mundo del taekwondo. Su último logro ha sido proclamarse campeón de España júnior en el campeonato disputado en Tarragona.

Muy madrugador fue su inicio ya que con 4 años estaba apuntado en un gimnasio. "Abrieron uno en mi pueblo y, claro, era la novedad, así que fui a probar. Daban clases de taekwondo, full contact y boxeo. Han pasado 14 años y aquí sigo todavía. La verdad es que soy el único que queda de aquellos años", comenta entre risas, a lo que añade: "Lo común en el pueblo era practicar fútbol o baloncesto pero mi padre no dudó en buscar algo alternativo para iniciarme en el deporte".

Acompañado siempre por su entrenador de toda la vida, Manuel Sánchez Pecellín, Leo (como reconoce que le gusta que le llamen) comenzó a competir en torneos regionales y provinciales con su club, el Juventud Deportiva Puebla. Unidos como uña y carne, Manuel fue sacando provecho de las condiciones de Leo y ganando allá donde competía.

2008 fue su curso. En él se produjo su salto definitivo de calidad. Se proclamó campeón de Andalucía individual y por equipos, a lo que sumó el subcampeonato de España y el campeonato interregional disputado en Córdoba. Pero el clímax de su corta carrera deportiva llegó este año en el nacional júnior. "Fue un campeonato perfecto, me traje la medalla de oro en la disciplina medio". No obstante, reconoce que no lo tuvo nada fácil. "Empecé muy bien en las eliminatorias, pero en la final lo pasé mal en los primeros compases del combate. Después me fui recuperando hasta poner la igualada en el marcador. En la recta final me puse con un punto de ventaja, pero me penalizaron por salirme del cuadrilátero y tuvimos que llegar al punto de oro. Y gané", explica.

Pese a su extrema juventud, Leo da muestra con sus palabras de tener las ideas muy claras y de no pecar de iluso. "Cuando me pusieron la medalla se me vinieron a la mente gran cantidad de recuerdos: los años de esfuerzo; la gente que siempre está ahí, dándome su apoyo en los malos y en los buenos momentos; las continuas concentraciones; las incómodas dietas previas a la competición, etcétera" .

Tanto trabajo no ha sido desapercibido tanto por sus vecinos de Puebla del Río, como por todos los sevillanos. El pasado año, Leo recibió de manos del presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, una placa como reconocimiento a su fulgurante carrera. "Es un orgullo que te reconozcan tu labor. Para un deportista es algo muy importante. No obstante, hay que tener los pies en el suelo y no creerse mejor que nadie".

La ambición de Leo no acaba aquí. En el horizonte visualiza grandes retos. Entre ellos está el Open de Alemania en abril y representar al combinado nacional en el Campeonato de Europa júnior en Trelleborg (Suecia) a finales del mes de mayo, y donde estará junto a otros andaluces.

Su intención, además, es lograr una beca con la que completar su formación y con la que pueda compaginar sus estudios.