Un gran Mirandés eliminó a un triste Villarreal, que, acto seguido, anunció la destitución de su entrenador, Juan Carlos Garrido, una medida dada a conocer por el propio técnico en sala de prensa.

Y es que el Villarreal, fuera de la Champions y de la Copa, volvió a evidenciar desde los primeros minutos todos los defectos que le tienen a un paso del descenso en la Liga. El equipo de Garrido se mostró lento y previsible con la pelota y vulnerable y nervioso en defensa. Así, el Mirandés, mejor colocado y con las ideas más claras, tuvo las mejores opciones. Sin duda, la primera fue la más clara, ya que a los siete minutos, Ángel cometió un penalti y Alaín no pudo batir a César, quien hizo una gran parada.

El resto de la primera parte deparó un Villarreal lento y con poca llegada, y que tuvo en los pies de Borja Valero la ocasión más clara del partido. Por su parte el Mirandés, serio atrás, esperó sus opciones a la contra. Y disfrutó de hasta cuatro de ellas, pero Alaín no supo dirigir sus disparos a la portería local. Con ello se vio a un equipo que quería y no podía, el Villarreal, y a otro que a cada minuto que pasaba, se le veía más cómodo: el Mirandés.

Con esa sensación se llegó al descanso. Y así comenzó la segunda parte, ya que el Mirandés pudo otra vez ponerse por delante. Disfrutó del dominio y de las llegadas más claras. Y en una de ellas se dio el primer gol, cuando Infante se internó en el área y puso el balón en la escuadra de la portería de Cesar. El Villarreal se encontró con el larguero en un remate de Bruno, pero fue un espejismo. Su rival puso el broche de oro con una jugada espectacular de Infante y Muneta.