Gran debut con infortunio

La lesión del meta Sterbik, que debutaba en partido oficial y se pierde el resto del torneo, ensombrece el muy convincente y claro triunfo de España sobre la República Checa

Julen Aguinagalde intenta el lanzamiento mientras es agarrado dentro del área por el checo Vaclav Vrany.
J. Villanueva (Efe) / Wiener Neustadt

20 de enero 2010 - 05:02

ESPAÑA: Sterbik; Víctor Tomás (5), Gurbindo (1), Chema Rodríguez (2), Romero (14, 8p), Juanín García (5) y Aguinagalde (3). También jugaron Hombrados (ps), Alberto Entrerríos (2), Garabaya, Prieto, Raúl Entrerríos (2), Ugalde (1), Malmagro (1) Aguirrezabalaga (1) y Morros. REPÚBLICA CHECA: Stochl; Filip (2), Hynek, Kubes (1), Vrany (5), Jicha (8,4p) y Nocar (1). También jugaron Galia (ps), Vitek (2), Mickal (2), Zdrahala, Piskac, Sobol, Mraz (1), Stehlik (1) y Sklenak (2). Parciales: 2-2, 4-4, 6-7, 10-10, 12-10 y 17-10, 20-13, 24-15, 28-18, 30-20, 32-24 y 37-25. Árbitros: Din y Dinu (rumanos). Excluyeron a Garabaya (2), Gurbindo, Víctor Tomás y Morros, por España, y a Vrany, Sklenak, Jicha, Nocar, Hynek y Kubespor, por la República Checa. Incidencias: Encuentro correspondiente a la primera jornada del grupo D del Campeonato de Europa de Austria 2010, disputado en el Arena Nova ante unos 2.500 espectadores.

La selección española de balonmano arrancó el Campeonato de Europa con una contundente y convincente victoria sobre la República Checa, que sólo quedó empañada por la lesión del portero Arpad Sterbik, quien, con una rotura fibrilar en el sóleo, se pierde lo que resta de torneo y será sustituido por José Manuel Sierra, del Valladolid.

Conocedor del peligro que entraña el lateral Filip Jicha, el seleccionador español, Valero Rivera, no dudó en colocar desde el inicio del partido una defensa individual sobre el jugador de Kiel con el objetivo de empanar el juego ofensivo de los checos. Una decisión que no tardó en dar resultados al equipo nacional, que pareció controlar al conjunto centroeuropeo, muy espeso ante la imposibilidad de jugar con su gran estrella.

Pero Jicha logró sacar a relucir su poderoso brazo en más de una ocasión. Esto, unida a las dos exclusiones recibidas antes del ecuador del primer tiempo por Garabaya, permitió a los checos situarse con un inquietante 6-8 (m.16). Fue un momento clave para conocer el carácter del equipo español, que vive inmerso en un mar de dudas desde el fracaso sufrido en el Mundial de Croacia, agravadas por la lesión del portero Arpad Sterbik, que apenas pudo permanecer un par de minutos sobre la pista.

Sin embargo, España no estaba dispuesta a sufrir ninguna nueva humillación y de la mano de Iker Romero, máximo goleador hispano en la primera parte con siete tantos, logró igualar (10-10).

La excelente actuación del lateral del Barcelona pareció ajustar definitivamente, tanto en ataque como en defensa, el juego español, que pasó por encima a los checos en el tramo final de la primera mitad. Lo demuestra el contundente parcial de 8-0 que logró el combinado nacional en los últimos trece minutos del primer periodo, que concluyó 10-17.

Esta enorme renta desajustó un tanto al equipo español, que permitió que la segunda parte se convirtiera en un continuo intercambio de goles, del que también salió beneficiada la selección.

Con un Iker Romero imparable y con la irrupción desde la línea de seis metros del pivote Aguinagalde, España aumentó su ventaja hasta los diez goles (28-18, m. 45), que convirtieron el tramo final del encuentro en un mero trámite. España no quiso desaprovecharlo para lograr una importante renta que puede ser decisiva, en el caso de dobles y triples empates.

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