Guillén, Bosch y Stosic visitan a la plantilla

No ha sido una semana más en Heliópolis. Pese a los distintos mensajes de apoyo que le han llegado a Pepe Mel, tanto desde el consejo como de la plantilla, a nadie le escapa que las alarmas se encendieron tras la derrota en Villarreal y que un nuevo traspié ante la Real Sociedad podría tener consecuencias en el devenir de los acontecimientos de la entidad. Ayer, el presidente, Miguel Guillén, el consejero José Antonio Bosch y el director deportivo, Vlada Stosic, acudieron al vestuario durante unos diez minutos tras el entrenamiento a puerta cerrada que el equipo realizó en el estadio.

El semblante del trío de dirigentes era serio, tanta a la entrada como a la salida. Los tiempos de sonrisas se han acabado por ahora en el Betis y todo el mundo es consciente de lo que se juega la entidad en el próximo encuentro. No fue una charla áspera o recriminatoria, al contrario. Tanto Guillén como Bosch dejaron claro a los jugadores que confían en el trabajo que se viene realizando, que Mel cuenta con el apoyo del club y transmitieron su ánimo para intentar darle la vuelta a la situación desde este mismo domingo.

La plantilla aceptó de buen grado la visita, un gesto que siempre han agradecido, aunque se produce en contadas ocasiones. De hecho, muchos no entendieron que el pasado martes, cuando Bosch y Stosic se personaron en la ciudad deportiva, no cruzaran un mensaje en la caseta. La intención de los dirigentes era la misma que ayer, pero diversos asuntos de última hora provocaron que se ausentaran del entrenamiento antes de su finalización.

El club quiso personificar el respaldo público que se le ha dado a Mel, ya que se confía en su trabajo más allá de que los resultados no acompañen desde hace ocho jornadas. Y es que nadie se quiere plantear el escenario que surgiría con una nueva derrota.