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Jiménez entona el mea culpa

  • El técnico pide perdón a la afición y a los periodistas con los que se enfrentó tras caer ante el CSKA

No se puede decir que el Sevilla, como club y como equipo, no haya reaccionado al durísimo palo de la eliminación de la Champions League. Después de que tomaran la palabra el presidente, José María del Nido, y el capitán de la plantilla, Andrés Palop, le tocó el turno a Manuel Jiménez, quien, como hiciera el guardameta el miércoles, pidió disculpas por sus errores en la eliminatoria ante el CSKA. El técnico hizo lo que debía, reconocer que se equivocó ante la prensa y que no supo actuar como lo que es, el entrenador del Sevilla Fútbol Club, cuando protagonizó una agria discusión con dos periodistas sevillanos durante la rueda de prensa oficial tras el partido.

"Pido disculpas a la afición por la eliminación y a los medios de comunicación -dijo en la radio del club-, sobre todo a unos cuantos periodistas, por haber saltado como una persona vehemente que soy y no como entrenador del Sevilla. Todas las personas creemos tener un límite para perder los papeles en un momento puntual, pero no es aceptable hacerlo como técnico del Sevilla. Quizás por ese dolor, por la tensión, por hablar con el corazón y no con la cabeza, perdí la empatía para saber ponerme en el lugar de los periodistas".

El arahalense insistió en ese argumento, bajo la conocida fórmula de que la mujer del César ha de serlo y parecerlo: "No sólo hay que ser entrenador, hay que parecerlo, y al menos en esa rueda de prensa actué más con el corazón que con la cabeza...", arguyó Jiménez, quien además abrió sus sentimientos y los expuso en público: "Yo esa noche no dormí, pensaba en cada una de las personas que estaban en el campo y en las muchas otras que no pudieron estar, por no haberles podido dar esa alegría. No teníamos que haber caído, pero lo hemos hecho y yo no soy el principal responsable, soy el único responsable de lo que ocurrió. Ha sido una desilusión muy grande de la que quiero resarcirme para compensar a la afición".

"Estoy dolido, con rabia, insatisfecho -añadió Jiménez-, pero a la vez, ya no como sevillista, sino como profesional, tenemos que levantarnos y guiar esta nave con el ánimo de saber que aunque ha sido una frustración, una gran desilusión, nunca un fracaso, hay dos competiciones que sí pueden llenar de ilusión a nuestra parroquia y que nos tienen que llenar de ilusión a nosotros mismos". El técnico fue preguntado por su futuro: "Mi futuro es el Espanyol e intentar levantar el ánimo de mis futbolistas, que han quedado tocados, como yo. Eso es lo que tenemos que hacer y es lo único que me preocupa".

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