Aparcada la Liga de Campeones hasta que el invierno toque a su fin, al Sevilla le toca dar un fuerte acelerón en la Liga. El equipo de Julen Lopetegui aparca de momento la Champions tras su clasificación, con nota y el borrón del Chelsea en Nervión, pese a que tendrá aún un ojo puesto en el sorteo de los octavos que se celebrará este lunes en 14 en Nyon. Pero antes llegará la visita al Getafe, donde precisamente el curso pasado dio un importantísimo golpe para asentarse arriba y confirmarse como candidato principal a los cuatro primeros puestos.

Verse en octavos de la Champions de forma solvente debe ser un acicate para un grupo de futbolistas que vio interrumpida su escalada en los puestos ligueros en la última jornada, con la derrota ante el Madrid. Pero la realidad es que el Sevilla, aún con dos partidos menos, está sexto clasificado. Eso sí, a diez puntos de uno de los cuatro equipos que también tiene aún dos partidos pendientes, el Atlético de Madrid. El partido aplazado en el Wanda Metropolitano está imbricado en el calendario liguero que a partir de ya afrontará el Sevilla, sin tener que repartir esfuerzos con la Champions. Y esta circunstancia ya es una buena noticia, visto el cansancio acumulado de un equipo que fue el que menos descansó entre la Europa League de agosto y el inicio de la nueva temporada con la Supercopa y el inicio liguero.

Lopetegui aún debe recuperar efectivos, heridos de guerra de un comienzo de campaña en el que la Liga y la Champions han copado las energías y han dejado bajas por el camino: Jesús Navas está necesitado de descanso; Escudero se lesionó para dos meses ante el Krasnodar; Vaclík se lastimó en el calentamiento previo al Chelsea; Acuña ya está recuperado tras caer ante el Celta, partido para el que parecía descartado Jesús Navas y finalmente jugó forzando... Suso, tras otro periodo de baja por fatiga muscular, se ha unido también para refrescar la fase ofensiva del equipo de Lopetegui, que parecía algo atascada, y ahora los esfuerzos se centran en la Liga.

La Champions queda a un lado. Los octavos de final se jugarán entre febrero y marzo, con la ida partida entre los días 16, 17, 23 y 24 de febrero y la vuelta, casi un mes más tarde, entre los días 9, 10, 16 y 17 de marzo. Según lo que depare el calendario en el sorteo del lunes, el Sevilla tendrá que usar la semana libre de febrero para jugar el aplazado con el Elche. Antes es imposible: junto a la apretura del calendario liguero, aparecerá la Copa desde la semana que viene. Aunque la primera ronda, ante el Ciudad de Lucena el próximo martes, debe servir para que Lopetegui dé rienda suelta a las rotaciones extremas...

Antes, el Getafe. Con la visita al Coliseum Alfonso Pérez Muñoz el equipo nervionense inicia una fase de partidos que focalizará toda la atención del cuerpo técnico y la plantilla sevillistas. Antes de finalizar el año y tras la visita al Getafe, recibirá al Valladolid y jugará en Mestalla. Y en enero tendrá que afrontar, desde el derbi en Heliópolis el día 2, nada menos que seis jornadas, con dos partidos que requerirán el máximo nivel, como la visita de la Real Sociedad a Nervión y el aplazado en el Wanda con el Atlético, de forma consecutiva, el martes 10 y el miércoles 20 de enero. El fin de semana de en medio está reservado para la Copa, que llegará con sus distracciones, según vaya o no pasando rondas cada vez más difíciles el Sevilla.

De entrada la cita para Getafe llega con la buena nueva de la vuelta de Acuña, que posibilitará una mejor gestión de recursos en la tocada zaga. Por ejemplo, Rekik puede dejar ya su interinidad en el flanco izquierdo para pasar al eje y Koundé ha demostrado que se adaptaría al lateral perfectamente si no llega Jesús Navas. Son meras especulaciones antes de que Lopetegui explique hoy cómo llegan sus hombres. Lo cierto es que Getafe abre un nuevo periodo, con el buen recuerdo del pasado febrero.