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'Livestrong', un referente que ayudó a Miki

  • El central se inspiraba en Armstrong e incluso meditaba contar su historia.

Desde el mismo día en que Tomás Calero y José Antonio Bosch le comunicaron el resultado de las pruebas, Miki Roqué se marcó el reto de volver a jugar, por más que las dificultades que fue encontrando por el camino le iban alejando de su principal deseo. En esa dura travesía, donde el trempolí encontró el apoyo de su amigo Carles Puyol y de los servicios médicos del Barcelona, donde realizó parte de la recuperación, Miki se apoyó en un referente del deporte que también vivió una situación parecida: Lance Armstrong.

El ciclista estadounidense, quien precisamente ahora no pasa por su mejor momento mediático tras las acusaciones de dopaje de la Usada, se ha convertido en una inspiración para todos aquellos que padecen esa terrible enfermedad llamada cáncer. Desde su fundación Livestrong, representada por esas pulseras amarillas que comenzarón a lucirse en las muñecas, Armstrong lideró una campaña para recaudar fondos para la prevención del cáncer, además de explicar por medio mundo su propia lucha.

Miki, que siempre miró al futuro avistando su completa recuperación, incluso meditaba escribir un libro sobre su historia de superación, como así se lo desveló en más de una ocasión a Patricia Ramírez, la psicóloga del Betis, que lo acompañó desde el primer día. "Tenía proyectos de futuro, de contar cómo había superado el trance. Lo último que me dijo es que me llevara el ordenador en mi siguiente visita para escribir un libro como el de Armstrong. Era un luchador, pero de los que contagian optimismo, positivo y hubiera sido bonito que transmitiera esos valores", revela Patricia, quien aprovechaba su estancia semanal en la capital catalana para visitar al defensa.

El sueño de Miki, ése que convirtió en leitmotiv de su vida, no era otro que regresar a un campo de fútbol y esa energía la transmitía a todos los que acudían a su alrededor. En cualquier conversación que mantenía con los que lo visitaron, el trempolí siempre manifestó sus planes de futuro, su optimismo por superar ese duro partido que la naturaleza le había colocado inesperadamente en el camino.

Como Armstrong, Miki siempre mantuvo la idea de un regreso triunfal a lo que más le gustaba, el fútbol. Su profesionalidad, sus ganas de mejorar, su carácter tímido pero cercano, se acrecentaron en estos 16 meses de lucha, en los que siempre agradeció el apoyo de los béticos en ese minuto 26 que se mantendrá como momento para recordar la figura de un central tan imponente sobre el césped como compañero y amigo fuera del mismo.

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