Sólo la climatología puede deslucir lo que se presume que va a ser una gran fiesta en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El coliseo nervionense acoge uno de esos partidos esperados por cualquier aficionado, una cita de Champions con muchísimo en juego y ante un rival que aunque ni de lejos tiene el palmarés europeo del Sevilla, llega con una de las plantillas más ricas y estelares del continente. La afición ha respondido y el lleno está prácticamente garantizado, con el papel agotado desde hace casi dos semanas. La amenaza de chubascos leves es lo único que puede retraer al abonado de acudir a esta gran cita, que contará con 2.500 ingleses.

El ambiente será de gala. El club ha premiado la lealtad de la afición regalándoles a los abonados una bandera roja con el escudo del Sevilla y todos los títulos históricos serigrafiados en blanco.

Desde el club se ha realizado un llamamiento en pos de la cordialidad. Los altercados vividos por un grupo de aficionados en Manchester podrían ensuciar el festivo ambiente. La Policía Nacional ya se encargó de aclarar que los causantes de la reyerta fueron unos radicales del Slask Wroclaw. Aun así, el Sevilla quiere incidir en este asunto y pedir máxima cordialidad. "El Sevilla quiere solicitar todos su aficionados el máximo respeto a la afición visitante, que vendrá sin duda a disfrutar no sólo del partido, sino también de nuestra maravillosa ciudad y su benigno clima. Es una ocasión perfecta para que la imagen de Sevilla y del Sevilla FC salga aún más reforzada. Los desagradables incidentes ocurridos en Manchester nada tuvieron que ver con el duelo futbolístico entre ambos clubes, cuya relación es magnífica. En los mismos no se vieron involucrados hinchas del equipo que ahora nos visita, según los datos contrastados ofrecidos al club tanto por la Policía española como la británica", reza la nota.